Actualizado hace 1 año – Publicado el 10 de abril de 2023
Lucrecia Ruiz vive en Torrox desde hace nueve años. Argentina, madre de un niño de 14, lleva dos décadas en España y es una de las mujeres de la red de dinamizadoras comunitarias en prevención de violencias machistas de La Axarquía. Conoció Málaga Acoge en un momento muy difícil, tras sufrir una situación de maltrato en su país y desde entonces -dice- la asociación se ha «vuelto una parte» de su vida.
«Antes me sentía una persona menospreciada y me culpaba a mí misma, cuando esa no era mi esencia. Mi esencia es la que tengo ahora», afirma. Rubia y de expresivos ojos verdes, Lucrecia llegó a nuestra sede de Torre del Mar en busca de ayuda para encontrar un empleo. «Necesitaba que alguien me escuchase», apunta. Entonces, participó en nuestra formación de dinamizadoras comunitarias en prevención de violencias machistas, impartido por nuestra compañera Noemí Góngora: «El curso ayuda mucho porque te conecta con otras mujeres. Te vas formando y vas creciendo. Aprendes que es importante denunciar, que hay organismos que ayudan, que una no está sola», afirma, al tiempo que considera que debe haber una «mayor concienciación» hacia las violencias machistas poniendo el foco en la juventud. «Pondría estas formaciones como materia obligatoria en los institutos», advierte.
De 53 años, habla con el conocimiento que le da la experiencia y tras haber superado una «depresión profunda» de la que no vislumbraba salida: «Me dejé llevar por el cuento del príncipe azul y éste se transformó en un monstruo», lamenta. Fueron unos años muy duros, «de aislamiento y encierro», pero ahora cuando mira atrás ve «experiencias y lecciones aprendidas» y asegura que está bien, que «sigue adelante» con su vida.
Lucrecia es profesora de Educación Infantil, pero aún no ha podido convalidar su título. En 2017 terminó un curso de Administración con muy buena nota y estuvo de prácticas en una empresa de Torre del Mar. Ahora trabaja ocasionalmente y desea tener un empleo que le dé estabilidad para el futuro que construye junto a su hijo. Él va en autobús al instituto en el que estudia en Torrox y ella trata de que sea bastante independiente. «Nosotros no tenemos a nadie aquí. Mi familia está en Argentina», cuenta. Tiene allá un hermano y su madre, que no ve desde 2017, y con la que habla varias veces al día.
Contenta, Lucrecia revela que se va de viaje unos días con su hijo aprovechando la Semana Santa. «Cuando era joven, antes de casarme, viajaba mucho», comenta.
Sin miedo
Recuerda que frente a la situación de inseguridad que se vive en su país, en Málaga se siente «tranquila, libre y sin miedo». Valora el apoyo que le ha prestado la asociación en lo que se refiere a la violencia machista, pero resalta también su labor en otros ámbitos como la ayuda psicológica, jurídica y laboral.
El 26 de marzo intervino emocionada con unas palabras en el desfile solidario en favor de Málaga Acoge en Torrox organizado por Azahara Crisóstomo, también dinamizadora comunitaria en prevención de violencias machistas. «Mi referente es Málaga Acoge, siempre. Está aquí en mi corazón», concluye.