Entrevistamos a Azahara Crisóstomo, diseñadora de trajes de flamenco y dinamizadora comunitaria en prevención de violencias machistas en La Axarquía. Mujer emprendedora y comprometida, convencida de que va a empezar a trabajar en lo que quiere, está impulsando un desfile benéfico para apoyar el programa de prevención y atención a las violencias machistas de Málaga Acoge.
Azahara cose desde los seis años. Su madre le enseñó. «Me iba a la puerta de la calle con las vecinas, en mi pueblo, en Chillón (Ciudad Real). Sabía hacer punto». Después de hacer la Primera Comunión, el trabajo de su padre le llevó a Torrox donde vive desde hace más de dos décadas y ha sido madre de dos hijas.
«Cuando de verdad aprendí a coser fue hace nueve años, la edad de mi hija, cuando mi madre decidió abrir un taller de costura y meterse a hacer arreglitos de ropa. A raíz de ahí empecé a trabajar más profesionalmente», cuenta en nuestra sede de Torre del Mar. Con el pelo negro recogido en una coleta baja, reconoce que al principio no le gustaba mucho coser pero que todo cambió cuando empezaron a trabajar con vestidos de flamenca y decidió diseñar uno a su gusto: «Decidí hacer uno a mi manera y lo vi tan bonito y me gustó tanto como había quedado que me dije: he encontrado mi vocación». No dibuja previamente sus diseños, le basta con tenerlos en la cabeza, apunta que improvisa mucho y hace lo que le va «saliendo del alma». De hecho cuando va al almacén a surtirse de material mira las telas y -dicen riendo- ve ya los vestidos.
Azahara cose y diseña ahora en su casa y tiene una clientela fija. La tienda de costura que abrió en 2013 con su madre tuvo que cerrar y posteriormente , por la pandemia, también la cafetería Cosiendo con café. «Siempre me están llamando para un bajo, para una chaqueta , una cremallera…pero ya no me enfoco tanto en los arreglos y sí más en los vestidos de flamenca».
Además de diseñadora, Azahara forma parte de la red de mujeres dinamizadoras comunitarias en prevención de violencias machistas tras formarse en nuestra sede de Torre del Mar: «Conocí Málaga Acoge en al asociación Assalam de Torrox. Yo daba allí clases de español y un día la asociación dio una charla sobre el curso de dinamizadoras comunitarias. Me sentí muy identificada y me apunté».
Acabé siendo otra persona
Sobre la formación de dinamizadoras, dice que aprendió mucho: «Entras siendo una persona y sales siendo otra. Ves el mundo de otra manera. Conoces mucha gente de distintos orígenes, historias duras y ves como están de pie, fuertes», destaca.
Azahara dice que gracias a la formación – y tras ella cuando empezó a brindar ayuda a otras mujeres- se dio cuenta de que muchas son maltratadas y lo niegan y de la importancia de la prevención. «Tengo dos hijas de 9 y 14 años y no me gustaría que pasaran por situaciones de violencia», advierte.
Precisamente, para apoyar los proyectos de género de la asociación y llegar a más mujeres, Azahara ha tenido la idea de organizar un desfile donde presentará sus trajes de flamenca y también participarán varios diseñadores de moda malagueños.
«Mis vestidos aún no los ha visto nadie todavía. No me he atrevido a enseñarlos», reconoce. Casada con un marroquí, cuando venda su primer diseño de flamenca quiere abrir un taller de costura en Marruecos de donde trae bastante material para sus trajes.
Hace cinco años que tras leer El Corán decidió convertirse al Islam y se siente musulmana y andaluza. Y para mujeres como ella que quieran vestirse ha pensado en el diseño de un traje de flamenca especial, «menos pegado y escotado».
Le dicen que sueña mucho. Y ella contesta que siempre «piensa a lo grande» y que su intención es llegar a mucha gente: «Yo busco mi suerte. Voy a empezar a trabajar en lo que quiero y estoy segura de que me van a conocer».
En Málaga Acoge llevamos a cabo el Proyecto de Formación Comunitaria para la Prevención de Violencias Machistas con el apoyo de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.