por Agustín Olías*
Olga Montemayor, voluntaria de Málaga Acoge en Antequera, y un servidor hemos quedado en la plaza del Portichuelo, Antequera, un lugar muy bonito, cerca de la Alcazaba, para hablar de su voluntariado en Málaga Acoge, muy interesante como podréis comprobar.
Olga se presenta:
Nací en Barcelona hace cincuenta y dos años; llegué a Antequera con doce años y me terminé de criar aquí, así que soy una antequerana adoptada. Estoy encantada de vivir en Antequera. En cuanto a mi vida profesional, soy técnica en Marketing y Gestión Comercial. Durante veinte años tuve una agencia de viajes y, ahora, estoy trabajando en otro campo del sector turístico.
¿Cómo conociste Málaga Acoge?
Realmente soy voluntaria de Málaga Acoge un poco de rebote. Te pongo en antecedentes: entre cuatro compañeras y compañeros formamos la Asociación Antequera Teatro. La asociación creció, empezamos a dar clases de teatro y, en un momento dado, Málaga Acoge nos pidió colaboración para realizar un proyecto, de esto hará unos tres años y medio.
Marketing, turismo…, ¿y también actriz?
El teatro apareció en mi vida siendo ya una mujer madura, con cuarenta y un años, y el culpable fue este segundo trabajo que tengo relacionado con el turismo, en el cual hay que dinamizar y crear personajes y guiones; así entré en el mundo del teatro. Y este mundo del teatro me sacudió, me entregué a la causa. Me dije: “esto está aquí para mí, me estaba esperando”.
Retomando el tema, ¿respondísteis a la petición de colaboración de Málaga Acoge?
Marina, una compañera, y yo decidimos atender la petición de Málaga Acoge como voluntarias. El proyecto consistía en hacer una obra de teatro en la cual las y los actores fueran personas usuarias de Málaga Acoge en Antequera.
Recuerdo que hicísteis una representación aquí en Antequera, a la que, desgraciadamente, no pude asistir.
Hicimos un grupo precioso con varias mujeres usuarias de Málaga Acoge que se entregaron a la causa. Quedé encantada de aquella representación que hicimos. Al principio no sabíamos lo que íbamos a hacer, fue un proceso creativo desde el principio; fueron surgiendo ideas muy especiales, muy bonitas. Hicimos lo que quisimos y las mujeres respondieron extraordinariamente.
¿Cómo vistes a aquellas mujeres?
Totalmente entregadas, con unas ganas y una ilusión grandísimas por participar y estar en el escenario. En el último momento incluso incluimos a algunas hijas de las actrices. Yo soy muy de impulsos, muy de probar.
¿No participaron hombres?
No, pero porque no había hombres de Málaga Acoge que se apuntasen; les cuesta mucho meterse en estas actividades.
¿Y el resultado final, es decir, la representación?
Fue un éxito. La sala llena con familiares, amigos, miembros de la asociación… Nos aplaudieron mucho.
Esta fue la primera relación con Málaga Acoge de Olga como voluntaria. Fue un tema puntual, con un propósito que se llevó a cabo y se terminó. Luego, llegó la covid, todo se paralizó, hasta que, de nuevo, Olga inició un proyecto con Málaga Acoge.
Este año me dirigí a Málaga Acoge ofreciéndome como voluntaria para dar clases de inglés o francés. Pero Haydé (técnica de Málaga Acoge en Antequera) me propuso alguna actividad dirigida a mujeres en la cual ellas pudiesen expresarse libremente, contar sus experiencias. Hablamos del tema y, en resumen, propuse un taller de crecimiento personal a través de teatroterapia. Le pareció muy bien la idea, y aquí estoy.
Autoconocimiento
¿Qué objetivo se marca este taller?
Para mí, el objetivo es expresión, creatividad, sobre todo auto conocimiento, sacar ese mundo interior que toda persona lleva dentro y que no tiene tiempo de pararse a analizar, a descubrir, a provocarlo para que salga. La verdad es que todas, aquí incluyo a Marina, mi compañera de teatro que colabora conmigo, y yo misma, somos “conejillos de indias”.
Olga me comenta que son siete las mujeres participantes, grupo variopinto en cuanto a sus nacionalidades, aunque no siempre acuden todas, pues tienen su vida, sus necesidades.
¿Cómo fue el primer día?
Fue un “¡vamos a conocernos!”, a que preguntéis, me conozcáis y conectemos entre nosotras, y ya está. Hicimos un encuentro personal a través de algunos ejercicios o dinámicas que funcionaron muy bien. Aquí se trata de trabajar mucho lo sensorial y nuestras emociones. Si la gente va generosa, funciona, ¡y estuvieron muy generosas! Fue una maravilla, porque conectamos estupendamente, me fui muy contenta.
Tras estas tres sesiones que ya habéis realizado, ¿tienes la sensación de que estas experiencias les ayudan en su vida cotidiana?
Yo espero y confío en que sí. Nosotros, en general, no nos detenemos ni un momento para estar en silencio, tener un rato de “fogar”, de dedicar a ponerte tu canción, a bailar tu música, a quejarte si te tienes que quejar, a irte con la de turno que te quiere escuchar, a estar tú sola en algún lugar agradable y que te dé la brisita y te digas qué rayito de sol tan bueno con este cafelito que me estoy tomando; hay que darse ese tiempo, si ese tiempo se convierte en una hora y pico en Málaga Acoge con unas cuantas compañeras que piensan que se tienen que dar ese momento, pues claro que les va a servir, se están regalando ese momento.
¿Se nota la diferencia de cultura de cada mujer a la hora de hacer estas actividades?
En este grupo todas son de habla hispana o brasileña, excepto una marroquí ¡que habla cuatro idiomas! Así que si el idioma pudiese ser un problema, en este grupo no lo tenemos. No creo que haya ningún hándicap, ni la diferencia de culturas es protagonista en nuestro grupo. Lo que te hace sonreír cuando tú viajas a tu interior, la ternura, la complicidad, el conectar con momentos vitales, como haber sido madre, o el separarse de tu marido, o el ver crecer a los hijos y, en un momento determinado, no tenerlos cerca, como ha sucedido con el aislamiento provocado por el Covid, eso nos conecta dando igual de donde vengamos.
¿Cuánto tiempo durará este proyecto?
El otro día me lo preguntaron y les dije, “pues no lo sé”, y se reían. Realmente no lo he preguntado. He leído en una noticia de Málaga Acoge que dura hasta junio, ya que julio y agosto es complicado, pero si tuviéramos que vernos y tenemos sitio en Málaga Acoge, lo haremos, aunque sea cada quince días. Porque yo quiero que hagamos también salidas, que no solo sea el centro de Málaga Acoge el que nos “acoja”, sino que vayamos a la Alcazaba, o al campo a conectar con la naturaleza. O si retomamos los encuentros en otoño, ¡pues bienvenido sea! No lo hemos cerrado.
Tras esta actividad, ¿tienes alguna otra prevista?
Llevo año y medio trabajando en un proyecto tipo coaching, preparándolo en mi interior, redactándolo, está ahí como si fuera una teoría, pero hay que llevarlo a la práctica. Está pensado para adolescentes y tiene que ver con el teatro, con la expresión, con el conocerse.
Tendríais que ver la cara de Olga, que ya sabemos que es actriz, pero transmite tanta emoción, tanto entusiasmo, que convence. No la entretengo más, tiene que volver al trabajo. Ojalá sigan saliendo proyectos de este tipo que ayuden a nuestras personas usuarias en su “viaje interior”.
Muchísimas gracias Olga.
*Agustín Olías es voluntario de Comunicación de Málaga Acoge