Por Agustín Olías
Conocer la lengua del país adonde emigras es algo realmente muy importante. Sin conocerla, es difícil encontrar un trabajo digno, imposible realizar cursos que te preparen para acceder a trabajos de más calidad o defenderte en los temas burocráticos, sean del tipo que sean. En definitiva, hace muy difícil la integración en la sociedad.
Esta necesidad imperiosa de muchas personas inmigrantes que llegan a nuestra provincia es lo que intenta paliar Málaga Acoge con sus clases de español. Hoy vamos a conocer uno de estos cursos, al voluntario que lo imparte y a algunas de sus componentes.
Cuando llego al local de Málaga Acoge en la calle Bustamante de Málaga, José Tomás (al que todos llamamos Joseto) y su grupo de cuatro alumnas y un alumno que hoy asisten a clase están en plena faena. Muy amablemente me dejan unirme a la clase. Los ejercicios que hoy plantea Joseto consisten en, partiendo del infinitivo de un verbo, conjugar el futuro perfecto e imperfecto, así como los pasados.
Naoual, madre de un niño de seis años y marroquí de Tetuán, se explica muy bien en español y realiza los ejercicios con cierta facilidad. Desde pequeña iba con frecuencia a Ceuta y allí practicaba español. ¡Es su tercera lengua, tras el árabe y el francés!
¡Uf!, por un momento me veo en mis tiempos juveniles, intentando entender y aprender las conjugaciones de los verbos. Los ejercicios permiten que también aprendan el significado de nuevos verbos y a usarlos. Ianina (¡Qué rico estaba el “zarzi” – plato ucraniano – que preparó para la fiesta de Navidad de Málaga Acoge!) le pide a Naoual que hable un poco más despacio, que no le da tiempo de anotar todas las respuestas. Ianina estudió criminología en su Ucrania natal y ahora se la ve muy, pero que muy feliz, ¡Y con razón! En junio será madre por primera vez.
Este es un grupo de “alto nivel”. El tema es arduo, pero el grupo lo está trabajando de manera satisfactoria. Alla, también ucraniana, lleva ya tres años en España. Estudió Económicas y espera trabajar en ello algún día, pero, por ahora, sus tres hijos le absorben casi todo su tiempo. Conoció Málaga Acoge por unas amistades y está muy contenta de las clases de español.
Tratándose de clases de español en Málaga Acoge, no podía faltar el llanto de un bebé como “banda sonora”. Su madre está asistiendo a otra de las clases de español que se están desarrollando en la sede. Creo que es como una seña de identidad de nuestras actividades: la presencia de hijos e hijas de las participantes, que no tienen donde dejarlos ¡Bienvenidos y bienvenidas sean!
Zhanna lleva un año en España, es madre de un hermoso chaval, a quien recuerdo de la última fiesta de Navidad. Ella es médico y, como tal, estuvo trabajando en su país, Ucrania, durante varios años. Pero la guerra la impulsó, junto con su marido, a venir a España, donde trabajaba su suegra. Espera seguir aquí mucho tiempo y, cuando se cumpla el tiempo reglamentario y consiga su premiso de trabajo, trabajar de médico.
Joseto da por concluida la clase. Pero antes de finalizar hablo con Valentín, para quien hoy ha sido su primer día de clase; le ha costado seguir el ritmo, pero cree que se acostumbrará.
Hago una pregunta “incómoda” y les pregunto por el profesor, nuestro voluntario Joseto. Todo son sonrisas y buenas palabras: muy amable, explica muy bien, tiene mucha paciencia… ¡Qué otra cosa podemos esperar de este manchego, especialista en Filología Románica, profesor durante toda su vida laboral, que ya ni se acuerda de los años que lleva trabajando como voluntario en Málaga Acoge, siempre dando clases de español! Como él me decía: “Y hasta que el cuerpo aguante. Estoy encantado de colaborar con Málaga Acoge y ser útil a las personas inmigrantes que por aquí se acercan. Siempre que termina la clase, salgo satisfecho y con ganas de volver.”
Este heterogéneo grupo me hace pensar en la facilidad que tiene cierta gente para aprender idiomas, a pesar de las dificultades añadidas del diferente alfabeto que usen en su idioma natal. Por ejemplo, Naoual (árabe, francés y español), Yanina, Alla y Zhanna (ruso, alemán, inglés, español).
Agradezco a Joseto la oportunidad que me ha brindado de asistir a su clase; de alguna manera he participado activamente, pues en un momento dado ha sido una clase de conversación en español. Y, por supuesto, gracias a Naoual, Yanina, Alla, Zhanna y Valentín por su amabilidad al compartir conmigo detalles de sus vidas y el esfuerzo de haberlo hecho en español, lengua que, en breve, van a hablar muy bien.
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