En Málaga Acoge acompañamos a jóvenes extutelados en su camino hacia la emancipación, chicos y chicas que con el apoyo necesario van saliendo adelante. Uno de ellos es Adama, de Mali, que estudia segundo de Bachiller para adultos en el IES Gaona y está a la espera de que le llamen para trabajar como conductor dentro de unos días.
Estudia, trabaja, y en su tiempo libre hace deporte. A veces, dice, lee «un poco». Cuenta que ahora tiene en su mesilla «Los Miserables» en francés, de Víctor Hugo, y «Misericordia», en español, de Benito Pérez Galdós. Sobre la pobreza.
Ya hablamos con él hace unos meses y se nota cómo su español va mejorando. En eso tiene algo que ver nuestra voluntaria Cristina Reglero, profesora en el instituto, que le sigue echando una mano con el idioma. «Me gusta mucho la electromecánica y estoy haciendo bachiller de Ciencias para estudiar un grado en la Universidad. Ojalá consiga la nota suficiente».
Desde luego, Adama está poniendo todo su empeño: «Muchas veces me acuesto a las cuatro o cinco de la madrugada porque tengo muchas tareas, el temario es muy denso y necesito dedicar tiempo para poder entender algunos conceptos de matemáticas y física». Ya he tenido sus dos primeros exámenes.
Ya hace más de un año que vive junto a otros chavales en uno de los pisos que gestionamos en Málaga para jóvenes procedentes del sistema de protección de menores. «Últimamente han dejado el piso dos chicos porque han encontrado un empleo», cuenta Adama que el pasado verano trabajó un mes en Churriana en un empresa de mecánica industrial. «Me gusta estudiar y trabajar, llevar las dos cosas juntas», dice Adama que valora el acompañamiento que está recibiendo de nuestro equipo de Jóvenes.

En 2021 acompañamos a 168 jóvenes extutelados, 96 de ellos en situación de sinhogarismo. 47 de ellos estuvieron acogidos como Adama en las cinco viviendas que mantuvimos en Málaga capital.
Apoyo fundamental
«Málaga Acoge me está apoyando en casi todo. Logré el permiso de trabajo. Me saqué el carné de conducir. He hecho cursos de formación… es un apoyo fundamental para mí. Yo tenía que salir este año del piso, encontrar mi vivienda sin dejar de estudiar, pero finalmente me puedo quedar un poco más hasta que consiga un trabajo y algo de dinero».
En este tiempo Adama también ha estado acompañado por Pedro, uno de los voluntarios de la asociación participante en el proyecto de mentoría social con jóvenes. Ahora se reúnen de forma más espaciada porque tiene que dedicar más horas a los estudios. «Es muy buena persona. Me ha enseñado mucho sobre muchas cosas».
Cuando salió de su casa en la región de Kulikoró con 15 años con el sueño de estudiar en Francia no sabía que llegar a España sería tan difícil. «Nunca pensé que el camino iba a ser tan largo. Creía que llegaría en dos meses y tardé más de un año». Tampoco imaginaba que podría seguir estudiando. «Cuando estuve en el centro de menores me ofrecieron ir a la escuela y vi que podía volver a estudiar».
Su situación actual no le permite viajar pero tiene claro que cuando logre un empleo y ahorre irá a Mali a visitar a su familia que hace seis años que no ve, sus padres, una hermana mayor casada y un hermano chico. «Es mucho, ya. Hablo con ellos, les cuento cómo estoy. Están contentos de que esté aquí. Si consigo trabajo antes de junio podré ir. Espero que me llamen pronto».
El apoyo a Adama se enmarca en nuestro proyecto «Programa Extraordinario a personas sin hogar en Andalucía» de EAPN , promovido por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad.