Miguel Cid es de Ronda pero vive en Fuengirola junto a su pareja, Elena. Tiene 28 años y es maestro de Primaria. Actualmente está desempleado, pero no quiere perder el tiempo: está estudiando el último curso de la Licenciatura de Pedagogía, el nivel b2 de inglés e iniciándose en alemán. Y saca tiempo para el deporte, leer o viajar. Y, desde el mes de noviembre pasado, también para echar una mano en Málaga Acoge en el Área de Educación de la asociación en la sede de Fuengirola.
¿Cuál es su labor en la asociación?
Soy profesor del grupo de refuerzo escolar de Secundaria. Mi labor es la de ayudar a los jóvenes con sus tareas de clase, a preparar exámenes y a realizar talleres sobre valores, resolución de problemas y habilidades para integrarse de la manera más adecuada a la sociedad.
¿Y qué tal va todo?
Como maestro que soy, me encuentro muy cómodo a la hora de estar en las clases con mis alumnos/as. Tengo la suerte de que son niños y niñas con ganas de hacer bien sus tareas, de aprobar sus exámenes y de participar de una manera activa en las clases.
¿Por qué decidió colaborar en la entidad como voluntario?
Me trasladé con mi pareja a la ciudad de Fuengirola en verano debido a que ella encontró trabajo aquí y yo justamente me había quedado desempleado. Y como soy una persona activa que necesita mantenerse ocupado reflexioné sobre los difíciles momentos en que está sumida la sociedad y me decidí por echar una mano a los desfavorecidos.Posiblemente, la actitud de mis padres también me ayudó a tomar esta decisión, ya que tienen un gran corazón y son personas muy dadas ayudar a los demás.
¿Qué situaciones le han sorprendido más durante el voluntariado?
Lo que más me ha sorprendido es enterarme de la situación real que viven un gran número de personas inmigrantes y, también, la calidad humana que hay en los voluntarios de la Asociación.
¿Cree que hay racismo en la sociedad de Fuengirola?
No llevo mucho tiempo viviendo en Fuengirola como para haberme percatado de eso. En el barrio donde resido conviven multitud de culturas y nunca he notado por ello ningún ápice de racismo. No obstante, alguna vez que otra se escuchan comentarios por la calle impropios del siglo en el que estamos.
¿Cuáles cree que pueden ser las claves para romper estereotipos con las personas inmigrantes?
La información. Yo no conocía la situación que vivían hasta que realicé el curso de voluntariado, desde entonces es como sí me hubieran abierto los ojos. Es necesario que la sociedad abra también los ojos, y para ello se debería de transmitir esta información desde la base, desde los colegios.
¿Qué es lo mejor de hacer un voluntariado?
Lo mejor es conocer el mundo del voluntariado, las personas que lo forman, los objetivos que se persiguen, los ideales compartidos y la fuerza de un sector que intenta ayudar a los demás sin pensar en un beneficio propio, sólo la satisfacción personal.
¿Cree que los voluntarios pueden ayudar a cambiar cosas?
Por supuesto. Una persona sola lo tiene difícil para cambiar las cosas, pero una asociación que se mueve por su propia voluntad es capaz de conseguir lo que se proponga.
¿Cómo es la relación con los técnicos de la asociación? ¿Se sientes parte de Málaga Acoge?
Estoy encantado con todo el equipo de Málaga Acoge en Fuengirola. Todos y cada uno de ellos realizan una labor muy significativa. No obstante, me gustaría que hubiera un poco más de unión en lo que respecta al departamento al que pertenezco (educación), para que los/as niños/as puedan realizar más actividades conjuntas con otros menores en las mismas circunstancias que las suyas.
Recuerda que puedes ayudar en la campaña de microdonaciones para el campamento de verano y las colonias urbanas de Málaga Acoge aquí.
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