Nuestra presidenta, Helena Pernías, escribió el 26 de agosto en La Opinión de Málaga sobre la situación que viven los niños y niñas extranjeros no acompañados que llegan a las Islas Canarias: «Las fuerzas políticas deben evitar instrumentalizar a la infancia migrante y tienen que huir de discursos deshumanizadores. Es tiempo de responsabilidad política y de proteger a todos los y las menores extranjeros no acompañados. Son niños y niñas. No son invisibles y tienen derechos«, afirma en un artículo en el espacio que compartimos con Asociación Arrabal-AID, Incide Málaga, Prodiversa-Progreso y Diversidad y Cruz Roja Málaga. Puedes encontrar la columna en su ubicación original aquí y a continuación la reproducimos:
El 25 de julio las voces de Hicham y Abdelah, dos jóvenes que acompañamos en Málaga Acoge, resonaron en el pleno municipal del Ayuntamiento de Málaga para defender y reclamar, desde su experiencia vital, un compromiso mayor de las administraciones en la protección de los niños y niñas que migran solos. Ambos compartieron su historia, las dificultades que enfrentaron, que tuvieron que dormir en la calle. También que ahora salen adelante en pisos gestionados por la asociación y empiezan a poder tener sueños. Por eso pidieron oportunidades para los menores migrantes que llegan solos a nuestras costas y que se hacinan en barracones en las Islas Canarias, sin acceso a formación ni actividades, tras jugarse la vida en el mar.
El archipiélago, donde han desembarcado miles de niños y niñas, carece de infraestructuras y medios para acogerlos de una forma digna y garantizar sus derechos. Y no se trata de números, sino de derechos humanos. Por eso desde las islas se ha clamado a los gobiernos peninsulares un reparto que, sin embargo, no ha encontrado la solidaridad necesaria. El rechazo a la reforma de la Ley de Extranjería para su acogida solidaria y vinculante supone negar una ayuda imprescindible en la atención de los menores migrantes no acompañados.
Ante la propuesta del Gobierno central y el canario para hacer efectiva la atención de los menores migrantes de forma coordinada por todas las comunidades, algunos partidos políticos han tenido un discurso deshumanizador. Los medios se han llenado de informaciones con la expresión ‘mena’, que nació del acrónimo ‘menores extranjeros no acompañados’, un término que despersonaliza a los niños, niñas y adolescentes al tiempo que les hace víctimas del racismo.
Es lamentable que la acogida de estos niños, niñas y adolescentes, garantizada por la Convención de los Derechos del Niño, se esté utilizando como arma de enfrentamiento político, que su bienestar se convierta en una guerra partidaria. Hay que recordar que España acogió en poco tiempo a más de 200.000 personas refugiadas de Ucrania, que se distribuyeron rápido por diferentes puntos del país.
Abdelah, que está buscando trabajo y el curso que viene retomará los estudios, recordó durante su intervención en el pleno del consistorio malagueño que los menores migrantes que, como él, dejaron su casa, vienen a España para conseguir una vida mejor y un futuro más favorable. Ellos y ellas tienen derecho a la libertad y a un Estado que les proteja y les dé educación y un futuro. Hicham, por su parte, argumentó que si compartía su historia era para que los allí presentes se hicieran una idea de las dificultades que ha pasado, las mismas a las que se enfrentan tantos niños y niñas migrantes, y pedir ayuda para los que siguen desembarcado en nuestras costas y necesitan una respuesta de forma urgente.
Las fuerzas políticas deben evitar instrumentalizar a la infancia migrante y huir de discursos deshumanizadores.Es tiempo de responsabilidad política y de proteger a todos los menores no acompañados. Son niños y niñas. No son invisibles y tienen derechos. Míralos.