Por Mar Tello*
Los venezolanos Ramón y Linda llevan en España desde 2018, recuerdan el día exacto de octubre en el que llegaron con su familia numerosa. Ramón subraya que nunca se le olvidará esa fecha. Llegaron a Toledo desde Venezuela dentro del programa de Protección internacional y tras una primera fase en aquella ciudad, les asignaron un piso en Torre del Mar gestionado por Málaga Acoge dentro del propio programa. Nos encontramos para charlar sobre su trayectoria vital y profesional durante estos años y escucharlos es conocer una historia de saber hacer, superación y objetivos claros.
Lleváis aquí casi 8 años y sé que ya tenéis vuestros propios negocios, a mí me parece que es poco tiempo. ¿Cómo lo habéis logrado?
[Ramón]
Siempre hemos sido emprendedores, ya lo éramos en Venezuela. No paramos hasta que montamos nuestro negocio.
[Linda]
Poco después de llegar a Málaga y con ayuda de diferentes entidades logramos poner nuestro primer negocio en Málaga, una charcutería, pero vino la pandemia y dejó quedamos endeudados. Aun así, aquí estamos. Logramos pagar esas deudas trabajando en lo que salía: yo limpiando casas, cuidando a personas mayores. Ramón es fontanero. Ahora trabajo en el sector de resolución de temas de Extranjería, tengo alianzas con despachos de abogados. Y Ramón tiene una empresa multiservicios.
[Ramón]
Tengo conmigo a dos personas trabajando, un hombre colombiano y otra persona de Paraguay que colabora cuando es necesario.
En todo este camino ¿qué supuso Málaga Acoge para vosotros?
[Ramón]
Fue de gran importancia. Gracias a ellos nos sentimos acogidos, protegidos. Todas las personas que trabajan allí son maravillosas. Hubo momentos difíciles y siempre estuvieron ahí para ayudarnos.
[Linda]
Para mí las trabajadoras de la entidad son como mi Dios en la tierra. Algunas las sentía como nuestra madre: siempre escuchando nuestras preguntas y problemas. Nuestro hijo pequeño dejó de comer al llegar a España, mi hija se encerraba en la habitación. La psicóloga fue de gran ayuda.
Imagino que la distancia pesa, ¿habéis podido ir a vuestro país de vuelta? [Ramón] Sí, hemos ido algunas veces a ver a mi padre que está mayor y hemos llevado a mi hijo pequeño a hacerle documentación. Pero aunque aquel es mi país, nosotros tenemos ya aquí nuestra vida: un hijo que llegó con 4 años y ya tiene 12… Amoldado por completo a las costumbres de este país. Además, a mi edad necesito cierta seguridad laboral que aquí me estoy construyendo. Estamos muy agradecidos a este país que nos abrió las puertas. Es maravilloso que estos programas existan y funcionen. Además, cuando uno tiene un propósito y va a por él, nada te deben detener. Mis hijos saben lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Han vivido cada uno de los pasos que hemos dado. [Linda] Hubo momentos muy duros en estos años como cuando Ramón estuvo en cama durante cuatro meses por un problema de espalda. Tuve que coger varios trabajos y llegaba a casa a la una de la mañana. Aquí aún no teníamos a nadie y ahora nos hemos labrado un futuro con mucho trabajo.
Lo que nosotros hemos recibido de este programa ha sido maravilloso. Hemos sacado todo el provecho que hemos podido de la oportunidad que Málaga Acoge nos ha brindado. Era el arma que nos iba a sacar de una situación difícil. Nuestra estabilidad actual es fruto de esa ayuda y de tener el enfoque muy claro y esforzarse por lograrlo. No importa que te caigas, uno se levanta y vuelve ir hacia ese objetivo. Por eso hoy estamos bien y felices. Las oportunidades aparecen todos los días, hay que saber aprovecharlas. Sin miedo.
Esta entrevista forma parte de una serie especial realizada por Málaga Acoge con motivo de nuestro 35 aniversario. A través de estas historias de vida, queremos visibilizar la fuerza, la determinación y la esperanza de las personas que acompañamos cada día. Sus testimonios reflejan el valor de la diversidad y la importancia de la solidaridad para construir una sociedad más justa e inclusiva. Gracias por acompañarnos en este recorrido y por celebrar con nosotros más de tres décadas de apoyo y nuevos comienzos.
*Mar Tello es voluntaria de Comunicación en Málaga Acoge