Por Agustín Olías*
Un verano más, Málaga Acoge se compromete con la felicidad de las niñas y niños que apoyamos, organizando y realizando las colonias urbanas de verano. Y, un verano más, les acompaño en alguna de las actividades que realizan durante este mes de julio en la ciudad de Málaga. Son dos los lugares “base” de las actividades: el colegio de Prácticas nº 1 y el CEIP San José de Calasanz. Esta vez me dirijo a este último, donde una treintena de menores que disfrutan en estas colonias de verano van recibir una “clase magistral” de balonmano.
Hay que hacer notar que estas colonias de verano se llevan a cabo gracias al proyecto Caixa Proinfancia impulsado por Fundación «la Caixa» y las becas de comedor Educo.
¿Quiénes son estos valientes que se han ofrecido a enseñar a un grupo de treinta niñas y niños de diversas edades a jugar a balonmano? Ellos son dos jóvenes hermanos, de 16 y 18 años, Ignacio y Simón, jugadores federados.
Me parece fantástica esta iniciativa suya y espero que les resulte tan gratificante que repitan el próximo año.
Mientras Ignacio y Simón van organizando la actividad, aprovecho para preguntar a Amparo, técnica de Educación de Málaga Acoge, qué actividades están realizando este mes de junio.
“Los viernes solemos ir a la playa de Pedregalejo, actividad típica de las colonias y muy valorada por las niñas y niños. Pedregalejo está muy bien, pues la playa es cerradita y tranquila. También hemos visitado el museo Pompidou para ver una exposición de fotografía. Fue muy interesante, porque han podido tocar, manipular objetos; alucinaron cuando descubrieron lo que era una “Polaroid”, la famosa cámara que hacía fotos en papel al momento, no se lo podían creer. La semana pasada vino gente de la asociación Las Lagunillas. Isabelle, que fue voluntaria de Málaga Acoge, nuestra “voluntaria artista”, trajo un torno de alfarero y estuvimos haciendo manualidades, figuras de arcilla.”
Amparo me explica que, tras el balonmano, el descanso y bocadillo, seguirán con las actividades habituales, organizados en tres grupos dirigidos por las técnicas de Málaga Acoge (Manuela, Cristina y Amparo): se llevan a cabo talleres como “Participación”, “Uso responsable de Internet y redes sociales” y “Resolución de conflictos”. En el colegio de Prácticas nº 1 se realizan, además de estos tres, una actividad en torno a las emociones.
Me dirijo al grupo de chavales y sus entrenadores. Parece que la primera tarea, organizar dos grupos que resulten equilibrados, se ha completado con éxito, aunque tengo la sensación de que ha sido gracias a la energía de Manuela, que se ha impuesto a las ganas de las niñas y niños de “autoorganizarse”.
Empiezan a hacer las primeras prácticas y se lo toman muy en serio, se nota que les interesa y les entretiene. Poco a poco han ido entendiendo la dinámica de los ejercicios planteados y de la “técnica” del juego del balonmano, siendo cada vez más obedientes y organizados, porque entusiastas lo han sido casi desde el principio.
Un sobresaliente para los monitores. Paulatinamente se han hecho con el control de los chavales, proponiéndoles ejercicios entretenidos, organizándoles y, también, teniendo paciencia.
Un ejemplo: uno de los primeros ejercicios, quitar la pelota al equipo contrario sin tocar a los jugadores, casi se convierte en una melé de rugby, dado el entusiasmo que ponen las niñas y niños. Pero Ignacio y Simón han controlado la situación.
Aunque a veces, en el fragor del juego, hay que imponer la disciplina dura, bajo amenaza de que quien insulte o pegue al contrario, “mañana no va a la playa”.
Me llama la atención Amanda, niña de once años, alta, sobresale del resto de sus compañeras y compañeros. Le pregunto si juega a baloncesto y me dice que sí, y también a balonmano. Quizás esté hablando con una futura figura del baloncesto español.
Ya son las 10:15 y el calor en la pista de balonmano, al aire libre y a pleno sol, se empieza a hacer notar. Todas y todos empezamos a necesitar más agua.
¿Qué opinan nuestros entrenadores? ¿qué tal la experiencia?
“Bien, muy bien, mejor de lo que habíamos imaginado. “
Digno de mención el entusiasmo de Valeria, hoy nuestra única voluntaria, animando a las niñas y niños, metiéndose de lleno en todos los juegos propuestos por los monitores, animando a quien no le sale bien, todo un ejemplo de entrega y cariño.
¿Qué tal las colonias, Valeria?
“Muy contenta, además estoy con los más mayorcitos, junto con una amiga mía, también voluntaria, aunque hoy no ha podido venir “por las cosas del Covid”, cuarentena. Los chavales se lo han pasado genial.”
Mismas ganas
Antes de cerrar este reportaje, una pregunta a Manuela, una de nuestras técnicas del equipo de Educación, sobre su ilusión de acometer esta tarea con las niñas y niños año tras año:
“Sigo con las mismas ganas que al principio; además, la experiencia hace que encares las cosas con mucha más tranquilidad y te permite tomar decisiones o actuar de una manera más centrada. También influye el que hay muchas familias con las que trabajamos desde hace tiempo; niñas y niños que han estado con alguna compañera mía cuando estaban en Primaria y ahora que ya están en Secundaria, los tengo yo. La ilusión es la misma.”
Pregunto a Manuela por el número de voluntarias que participan en estas colonias en el San José de Calasanz.
“Este año el tema está regular por causa del Covid; en este colegio tenemos a cuatro, unas vienen un día, otras otro, según su disponibilidad.”
Llega la hora del descanso y bocadillo para las crías y críos; yo me despido agradeciendo enormemente el trabajo de nuestros dos monitores, que han hecho pasar una hora y media fantástica a las niñas y niños de las colonias de Málaga Acoge en el colegio San José de Calasanz. Y, por supuesto, también a nuestra voluntaria Valeria y a nuestras técnicas.
*Agustín Olías es voluntario de Málaga Acoge