por Agustín Olías*
Hoy he entrevistado a Valeria, joven de 19 años, voluntaria de Málaga Acoge en nuestro equipo de Educación de Málaga capital. Me ha encantado su energía, su entusiasmo cuando hablaba de su voluntariado en nuestra organización. Debido a la situación de pandemia que vivimos, la entrevista la hemos hecho telefónicamente.
La primera sorpresa que me he llevado ha sido cuando me ha dicho que es gallega, nacida en Ferrol, ¡quién lo diría oyéndola hablar! Todo tiene su explicación: su familia se trasladó a Málaga cuando ella tenía solo 2 años.
¿A qué te dedicas en la actualidad?
Cuando terminé Bachillerato quería ir a la Universidad, pero no sabía muy bien qué hacer. En un momento dado decidí meterme en un ciclo superior, porque me llamaba muchísimo la atención cómo estaban organizados. El caso es que decidí posponer la entrada en la Universidad y meterme en el ciclo superior de Igualdad de género, que es lo que estoy estudiando ahora.
¿Por qué Valeria decidió hacer un voluntariado?
Yo siempre he querido hacer un voluntariado. Estaba convencida, pero me imaginaba en una protectora de animales, porque me gustan mucho. Pero cuando empecé el ciclo de Igualdad de género, una de las profesoras nos habló de las bondades de hacer voluntariado, sobre todo relacionado con lo que estábamos estudiando. Yo conocía la asociación Melilla Acoge porque tengo allí familia y había ido un par de veces a su oficina a echar una mano.
Valeria empezó a colaborar con Málaga Acoge en enero de 2020. Parece que no tuvo muchas dudas a la hora de elegir la organización.
Estaba muy perdida en cuanto al tejido asociativo existente en Málaga. Entonces, con los datos que tenía de Málaga Acoge, por lo que te he contado, fue la primera que se me vino a la cabeza y no dudé en solicitar una entrevista de voluntariado. Además, una compañera de clase había sido voluntaria de Málaga Acoge en la sede de Torre del Mar, en La Axarquía y estaba muy contenta con la experiencia. También es cierto que el tamaño influyó en mi decisión. Quería una organización “recogida”, que no fuese
enorme, aunque para mí Málaga Acoge es grande; pero creo que tienen un tamaño adecuado. Cubre varios campos y es más personal que una gran organización.
¿Por qué colaborar en el proyecto de refuerzo educativo del área de Educación de Málaga Acoge?
Hice la entrevista cuando tenía 17 años; viendo las opciones que tenía, pensé que lo que mejor podía hacer era trabajar con niñas y niños. No me veía trabajando, por ejemplo, con mujeres, con temas de violencia de género. Ahora me lo podría pensar, pero en aquella época, era la actividad que veía más cercana a mis conocimientos y en la que mejor me podría desenvolver.
¿Cómo calificarías tu experiencia durante este año que llevas en Málaga Acoge?
Al principio estaba un poco asustada, porque el trato que previamente había tenido con niñas y niños pequeños no me terminaba de “encajar”. Siempre había pensado que no se me daban bien, era como que me echaba para atrás, le tenía un poco de respeto. Pero ahora pienso lo contrario; creo que se me dan muy bien. Me gusta, no lo hago porque me haya comprometido a hacerlo, yo ahora disfruto con lo que estoy haciendo.
Cuéntanos algo de tu trabajo con las niñas y niños.
Yo estoy con Amparo y nos organizamos según el programa y las necesidades que vayan surgiendo. Por ejemplo, ahora tenemos a un niño que va a un colegio bilingüe, español y francés, y como yo estuve estudiando varios años francés, me encargo de ayudarle especialmente. Además, me voy moviendo por las mesas y me centro en quien necesite más ayuda. La verdad es que son niñas y niños bastante espabilados, que no necesitan que estés detrás de ellos para hacer los deberes.
Por lo que me estás contando y cómo lo estás haciendo, deduzco que las relaciones con los chavales son espléndidas.
Buenísimas, son un primor. El año pasado, que nos pilló toda la parte de confinamiento, tuvimos que hacer clases online y no nos veíamos demasiado. Un día, antes del verano, me encontré con uno de ellos en la calle, me hizo mucha ilusión porque lo veía fuera del colegio y le situaba en un entorno “normal”; me emocioné al verle. Llevaba desde marzo sin verlo en persona.
El grupo de Valeria son niñas y niños de 4º, 5º y 6º de primaria. También participó como voluntaria en las colonias de verano de Málaga Acoge. Te noto contenta; está claro que el voluntariado, en general, te resulta interesante.
Claro que sí. Algo que tú puedas aportar de manera desinteresada y, además, ayudando a otras personas, es que no hay nada mejor. La verdad es que me ha sorprendido que el voluntariado esté siendo como lo estoy viviendo. Yo pensaba que se me iba a hacer tedioso, pero ¡qué va!, es genial.
¿Qué piensa la gente joven como tú sobre esto del voluntariado?
En mi entorno, como estudiante del campo de lo social, las compañeras de clase, amigas que estudian educación infantil y materias similares, sí hay mucho movimiento. Yo creo que si te vas a otros campos, posiblemente haya menos interés en hacer voluntariado.
A un joven que estuviese pensando en hacer voluntariado, ¿qué le dirías?
Si hay un campo que realmente le interese, es lo mejor que puede hacer. Es gratificante, tú estás echando unas horas en algo que te gusta, además estás ayudando a personas y eso te llena un montón. Cuando haces alguna actividad con los niños y niñas y los ves tan contentos, te llega al alma.
Para mí es difícil plasmar en papel la energía, el optimismo y el entusiasmo que desprende Valeria hablando de su voluntariado. Seguro que los niños y niñas notan esta actitud. Muchas gracias, Valeria, por tu trabajo como voluntaria de Málaga Acoge y el tiempo que nos has dedicado.
*Agustín Olías es voluntario del Área de Comunicación de Málaga Acoge y secretario de la Junta Directiva de la asociación.
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