Actualizado hace 3 años – Publicado el 24 de diciembre de 2019
Me llamo Amina*. Soy una chica que salió de su casa en Marruecos con 14 años. Mi madre y mi padre siempre se peleaban, me llevaba mal con mi hermano, mi familia no me dejaba salir ni ir al colegio. Mi tía de Nador me ayudó a llegar a Melilla donde la policía me hizo muchas preguntas y me llevó a un centro de menores en el que había mucha, mucha gente, desde bebés hasta más grandes. El centro era feo, pero bonito. Bonito porque al principio estaba sola y allí, con el tiempo, hice amigas. Pero lo feo es que es como una cárcel con la ley de la más fuerte y hay grupos de chicas, y cada una es de una forma diferente. Cuando estaba en Melilla hice un curso de azafata, pero al no hablar español fue muy difícil. No podía comunicarme y no entendía las cosas que leía. Así que me cambié y empecé a estudiar peluquería.
En el centro teníamos comida, alojamiento y podía estudiar. A veces, puedes trabajar limpiando casas, pero sin contrato y cobrando muy muy poco. Lo haces porque necesitas dinero para tus cosas y no tienes otra opción. Es complicado y a veces peligroso, porque puedes encontrarte con situaciones muy difíciles.
El día que cumplí 18 años mi regalo de cumpleaños fue una maleta y un billete de barco. El primer día que llegué a Málaga dormí en la calle. En Málaga no tenía a nadie, ni familia ni nada. Un amigo, que también es un niño que salió de su casa como yo, me llevó a Puerta Única. Estuve en Calor y Café –centro de acogida nocturna– y en el Albergue Municipal con una amiga, pero ella era menor de edad y la llevaron a un centro de menores. La verdad es que en Calor y Café pasé mucho miedo porque había gente con problemas de salud mental.
[trx_video url=»https://youtu.be/B2Hc2Qw0CGo» ratio=»16:9″ autoplay=»off» top=»inherit» bottom=»inherit» left=»inherit» right=»inherit»]Conocí Málaga Acoge y me ayudaron a tener donde vivir, a aprender español, a hacer cursos. La asociación tiene un piso de acogida para mujeres migrantes y se quedó una plaza libre, así que me llevaron allí para que pudiese empezar de cero.
No tenía a nadie, no tenía donde vivir con 18 años, pensaba que no era nada y me ayudaron a subir cuando estaba muy abajo. He hecho un curso de camarera de piso y continué mis estudios de peluquería e hice prácticas. Hoy tengo donde vivir, donde comer, donde poner la ropa, donde estudiar. Ahora estoy buscando trabajo de peluquera y cuando lo consiga saldré del piso.
Antes pensaba que nunca iba a encontrar algo pero con el tiempo he encontrado muchas cosas. He recuperado la relación con mi madre y también con mi hermano, que se ha dado cuenta de que me echa de menos.
Poco a poco voy camino hacia mi sueño, que es tener una casa y un trabajo bueno, el trabajo que a mí me gusta, que es de peluquera. También que vengan mi padre y mi madre. Y vivir tranquila.
Amina vive en un piso de acogida enmarcado en el proyecto «Sadhana. Piso de acogida para mujeres en situación de exclusión residencial en Mijas (Málaga)» subvencionado por el Ayuntamiento de Mijas.