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Hay mujeres que deciden un día comenzar un viaje buscando lugares donde sean respetados sus derechos humanos. Son mujeres y niñas que huyen del conflicto armado, de Boko Haram, del matrimonio forzado, de la ablación genital o de otras violencias de género. Son mujeres que no cumplen las normas sociales y roles de género impuestos en sus comunidades o tienen una orientación sexo-afectiva que no se ajustan a la heterosexualidad y por ello sufren discriminación y persecución en sus países de origen. También son mujeres y niñas que necesitan emprender un proyecto migratorio porque viven en situación de pobreza.
Según el Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), las formas de persecución relacionadas con el género son las que van dirigidas contra una mujer por el mero hecho de serlo o que afectan en forma desproporcionada a las mujeres.
La CEDAW señala que la violencia contra las mujeres es una de las principales formas de persecución que sufren y reconoce los siguientes motivos legítimos para acceder a la protección internacional: la amenaza de mutilación genital femenina, el matrimonio forzoso o a edad temprana; la amenaza de violencia o los denominados “delitos de honor”; la trata de mujeres con fines de explotación sexual; la violación y otras formas de agresión sexual; las formas graves de violencia dentro de la pareja; la imposición de la pena capital u otras penas físicas contempladas en los sistemas de justicia.
No sólo sufren violencia en sus lugares de origen. En el artículo el doble riesgo de las refugiadas y desplazadas se advierte de que “las mujeres se enfrentan a amenazas durante el viaje de huida. Unos riesgos que tampoco acaban cuando llegan al lugar que esperaban seguro. Las organizaciones que trabajan sobre el terreno alertan de que las refugiadas, desplazadas y migrantes sufren violencia, agresiones, explotación y acoso sexual en todas las etapas de su viaje, también dentro del territorio europeo”. Amnistía Internacional lo detalla en uno de sus últimos informes especializados.
En la investigación Refugiadas, Estoy viva, Cartografías de resistencias de mujeres provenientes de África subsahariana, Itziar Gandarias radiografía la vida de varias mujeres que sufren múltiples violencias en su ruta migratoria especialmente en las zonas fronterizas y concretamente en nuestra Frontera Sur; siendo una de la más graves, la trata de mujeres con fines de explotación sexual.
En el artículo de Píkara Magazine, cómo impactan las fronteras en los cuerpos de las mujeres, se expone que “las mujeres y niñas se ven expuestas a las relaciones de poder, dominación y abuso sexual por parte de otras personas en tránsito, por las fuerzas de seguridad y control fronterizo, y por las redes de trata de personas. Las mujeres no intentan saltar la valla. Su paso a territorio español se produce principalmente a través de embarcaciones o a nado. Las mujeres y niñas negras sólo pueden andar el camino a Europa ‘de la mano’ de las redes de tráfico y de trata de personas, que muchas veces forman parte del mismo entramado y otras colaboran entre sí».
Una vez llegan a Europa, las mujeres también se “enfrentan a dificultades específicas en los procesos de demanda de asilo, puesto que la violencia de género no siempre es reconocida como un motivo para garantizar el acceso a este derecho fundamental. Por otra parte, la atención humanitaria que se presta a las personas refugiadas no siempre responde a criterios de género que tengan en cuenta aspectos específicos como por ejemplo la prestación de atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres o la respuesta frente a la violencia sexual”.
Esta información se inscribe en el Proyecto Stop Rumores en Málaga, participación ciudadana para promover la convivencia , una iniciativa de Málaga Acoge que cuenta con el apoyo de la Diputación de Málaga. Este proyecto se incardina en la estrategia de lucha contra los rumores promovida por la Agencia Stop Rumores en www.stoprumores.com.
Obra de portada de Isabel Garnelo, dentro del proyecto Artistas Acoge.
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