Un grupo de niños, niñas y adolescentes que apoyamos en Málaga Acoge ha participado junto a otras siete entidades sociales españolas en webminars enmarcados en el movimiento La infancia en el centro, un espacio de reflexión impulsado por Educo en el que han contado en primera persona cómo se sintieron durante el confinamiento y cuál ha sido, a su juicio, la respuesta de asociaciones como la nuestra e instituciones en cuanto al cumplimiento de los derechos de la infancia en tiempos de Covid.
Nuestro equipo de Educación compartió aprendizajes y propuestas de futuro con niños, niñas y adolescentes que atendemos en Málaga. Porque queremos saber qué opinan, se les plantearon preguntas y es trabajó a través de variadas metodologías como debates y audios. Ellos y ellas han sido los protagonistas de esta actividad tan especial en la que hemos participado junto a Asociación Ciudad Joven, Fundación Social Universal, Asociación Margotu, Aldaima, Entre Amigos, Itaka y Marianao.
El miedo a la soledad, la falta de acceso a Internet y a dispositivos digitales, agobio, agotamiento mental…son algunos de los sentimientos que expresaron niños y niñas mayores de 12 años que también subrayaron que las familias desfavorecidas han sufrido doblemente y merecen las mismas condiciones dignas.
En cuanto a cómo han percibido la respuesta de las entidades sociales como la nuestra durante la pandemia, valoraron las llamadas a las familias, el contacto diario, la conexión a Internet para quien la necesitase:
«Se han preocupado por nosotros», «Nos hemos sentido acompañados, nos han apoyado», «Gracias a la entidad he podido pasar de curso»…son algunos de los testimonios de los niños y niñas que también destacan las actividades participativas, creativas y divertidas y el seguimiento académico y personal brindado por las asociaciones.
Los niños y niñas que apoyamos en Málaga Acoge valoraron especialmente la ayuda que les prestó la entidad durante el confinamiento para que pudieran estudiar desde casa: «Los que habían estado con nosotros decían que habían tenido mucha ayuda y que se conectaban todos los días para trabajar», dijo uno de ellos.
Solos e incomprendidos
En cuanto a la respuesta de las instituciones como centros educativos los mayores de 12 años resaltaron que sintieron demasiada exigencia, que era difícil conectarse a las clases y que no les habían tenido en cuenta por lo que se sintieron solos e incomprendidos. Otros valoraron que les prestaron ordenadores y que las educadoras de las asociaciones hablaban con los profesores de los colegios e institutos.
Sobre otras instituciones algunas respuestas expresadas fueron: «estigmatizados por ser adolescentes», «nos llevaban comida, pero no llegaba a todos por igual», «nos encerraron para protegernos» o «las instituciones han respondido muy rápido».
¿Qué ha cambiado con la pandemia para estos jóvenes? Dicen que ahora usan más el teléfono móvil y valoran que hablan más con la familia lejana usando videoconferencias. Algunos jóvenes que apoyamos en Málaga Acoge destacaron que salen más a la calle porque el no poder hacerlo les hizo darse cuenta que lo necesitaban mientras que otros se acostumbraron a estar más en casa. Sobre el uso de mascarillas algunos dijeron que les gustaba, por pasar desapercibidos por la calle, pero otros reconocen que se les está haciendo largo y las consideran molestas. Coinciden en quejarse del distanciamiento social y de haber perdido contacto con compañeros de otras clases.
En lo que se refiere a los más pequeños, niños y niñas de menos de 12 años, también valoraron mucho el apoyo de los educadores de las entidades durante la etapa de confinamiento: «Llamaban a las madres y los padres para darles ayuda y preguntar cómo estábamos», «Nos traían las tareas del cole, conseguían ordenadores, a veces nos traían comida, materiales para jugar…». Y tras el confinamiento sienten que hay muchas normas por cumplir pero aunque no les gustan y se les hace duro saben que son necesarias para la seguridad y se han acostumbrado: Sienten que «estar en grupos o burbujas no permite estar con todos y todas las amigas» y que «es muy duro cumplir las medidas de seguridad: mascarilla, gel ,temperatura…».
En cuanto a la respuesta de instituciones como hospitales, centros escolares, y de la familia y el comercio, los y las más pequeñas valoran mucho el trabajo del personal sanitario y comprenden que tardan en atender porque hay muchos enfermos. «Han trabajado mucho durante el confinamiento. Siempre abiertos nos han tratado bien», dijeron sobre el comercio.
También, como los más mayores se quejan de las muchas tareas, trabajos y exámenes durante la clases online. Recuerdan que muchos no contaban con la ayuda de los padres y madres, que trabajan, y a veces faltaba Internet y medios como portátiles y tabletas, siendo muy difícil trabajar desde el teléfono móvil.
Respecto al ámbito familiar, los niños y niñas dicen que lo peor ha sido la muerte de familiares, el no poder reunirse, saber que alguien estaba enfermo…También que la pérdida de trabajos llenaba la casa de preocupación y había menos comida que antes.
Los niños, niñas y adolescentes que ha participado en esta actividad reciben nuestro apoyo a través del programa CaixaProinfancia de Fundación «la Caixa».