Actualizado hace 2 años – Publicado el 21 de junio de 2019
«No es lo mismo que te lo cuenten en clase que verlo con tus propios ojos», asegura María Molina, una estudiante de cuarto curso de Criminología que acaba de terminar sus prácticas en Málaga Acoge.
Desde marzo ha estado varias veces en el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre con la coordinadora del Área Social, Carmen Cano, acompañándola en la atención y seguimiento a los internos o en la asistencia a nuevos usuarios que solicitaban ayuda. También ha tenido ocasión de ver cómo es el apoyo directo a personas en la sede de Málaga.
«Me ha servido para poner en práctica lo aprendido y ver más de cerca la situación en la que están las personas extranjeras», explica valorando este tiempo en la asociación en el que el confiesa le han impresionado, sobre todo, los casos de jóvenes que ha conocido.
«Me han llamado mucho la atención todos los casos que hemos visto, sobre todo los de los más jóvenes, los que tienen mi edad». María tiene 22 años y considera que muchas veces «da mucha impotencia» la situación en la que se encuentran: «Como no tienen apoyo ni familia, ni a nadie, terminan en la calle y ahí están expuestos a todo tipo de consumo y delincuencia. Muchos se ven en situaciones complicadas porque nadie les echa una mano y son chicos que podían haber salido adelante perfectamente».
María valora la labor del equipo de Prisiones de Málaga Acoge. «Carmen hace una labor importantísima de información y orientación a las trabajadoras sociales que están en la prisión. «Ellas no conocen la Ley de Extranjería o los trámites que hay que realizar para renovar una simple tarjeta de residencia, asuntos relacionados con expulsiones o cómo ayudar a los internos a recurrir».

Antes de estar con Málaga Acoge, estuvo un cuatrimestre de prácticas en la Policía. Y es que cuando comenzó la carrera su idea era formar parte de este cuerpo. «Elegí la carrera porque quería ser policía, opositar». No ha cambiado de idea, pero su acercamiento al trabajo de entidades sociales le hace valorar iniciativas como el proyecto PIPE, la Plataforma por la Gestión Policial de la Diversidad que busca impulsar cambios para garantizar una actuación no discriminatoria y mejorar la atención de la Policía a la sociedad diversa Así, criticó las «redadas policiales», el hecho de que los policías reclamen la documentación a los extranjeros por su apariencia.
Desde que comenzó sus estudios de Criminología ha estado muy sensibilizada hacia las personas migrantes y concienciada de todos los bulos que circulan sobre ellas y cómo los medios de comunicación crean miedo en la población.
«Yo me di cuenta cuando veía las noticias. Pues nos alertan de que vienen en patera 100 inmigrantes y, sin embargo, la mayoría no se queda en España si no que se van a Francia o Alemania. La gente no sabe lo mal que lo pasan, no sólo es coger la patera y cruzar el Estrecho sino todo el viaje anterior en el que sufren maltratos y abusos de todo tipo, viviendo en la calle, expuestos a la delincuencia».
Las prácticas de María se enmarcan en el proyecto “Integración de personas de origen extranjero privadas de libertad”, una iniciativa de Málaga Acoge, en el marco de la federación Andalucía Acoge, subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en la convocatoria IRPF 2019.