Un grupo de mujeres que apoyamos en Fuengirola participó en un encuentro en el que abordamos la gestión de las emociones como herramienta de prevención ante las violencias machistas. Nora, Mónica y Érika fueron tres de las catorce asistentes que compartieron una mañana de reflexión, apertura, risas y hasta algún baile. De Colombia, Eritrea, Marruecos, Venezuela, Argentina o Senegal, la confluencia de nacionalidades hizo visible la gran riqueza que aporta la diversidad. Al encuentro asistieron varias mujeres que se formaron como dinamizadoras comunitarias en prevención de violencias machistas en anteriores espacios y que compartieron sus aprendizajes con el resto.
«En este encuentro -dice nuestra compañera Rosalía- dejamos fuera la mochila de la vida diaria. Vamos a liberarnos de las tensiones. Es aquí y ahora sin más. Es un espacio seguro en el que nosotras somos las importantes«.
Como introducción al encuentro hubo tiempo para bailar un rato antes de una rueda de presentaciones en las que cada una dijo su nombre , se identificaron con un animal e hicieron sus sonidos. «Me llamo Nora. Me gusta el león que es un animal fuerte sin miedo a nada. Grrrr». «Me llamo Fadua, soy de Marruecos y el animal que me gusta es el gato. Miauu»…
Miedo
Se habla del miedo, de cómo es algo instintivo de la raza humana y cómo limita en ocasiones. Divididas en dos grupos, las mujeres escriben en post it de colores el nombre de las emociones: ira, tristeza, alegría, amor, miedo…e identifican en qué parte del cuerpo las sienten. Así una a una, van pegándolas en una silueta de mujer pintada en un papel en la pared.
«Siento el miedo en el corazón y la rabia en la cabeza», apuntó Mónica.
Erika, de Argentina, dinamizadora comunitaria en prevención de violencias machistas, dijo que gracias a estos encuentros «te haces más observadora e intolerante ante cualquier comentario machista. Aprendes a identificar las violencia, que las hay de muchos tipos». Por su parte, Alba, de Colombia, y también dinamizadora expuso cómo supo imponerse a una situación de agresión:
«Él usaba frases despectivas. Permites muchas cosas porque no conoces a nadie. Pero hay que pedir ayuda. Un día cogí mis maletas y me fui y fuera conocí a otro tipo de personas y había cosas maravillosas que me hicieron confiar plenamente en mí. Somos mujeres emponderadas y no podemos permitir que nos falten al respeto».
Este encuentro se enmarca en el proyecto Faguas «Prevención y atención integral a mujeres en situación de vulnerabilidad social y potenciales víctimas de violencia de género» lo realizamos con el apoyo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y cofinanciado por los fondos de la Unión Europea.