En Málaga Acoge acompañamos en su camino hacia la emancipación a mujeres jóvenes que proceden del sistema de protección de menores. Para ello contamos con dos pisos en la ciudad en los que en 2024 atendimos a catorce personas, dos de ellas menores de edad, hijo e hija de dos chicas acogidas.
Younaida y M. fueron dos de las jóvenes que vivieron en estos pisos, que constan de siete plazas, y hoy una de ellas alquila una habitación, estudia y trabaja , y la otra cursa Psicología y vive en una residencia universitaria. Las seis chicas que salieron de las viviendas el año pasado están o bien alquilando un piso, en una residencia de estudiantes o volvieron con familiares.
Nuestras compañeras Débora y Carmen, del Área de Jóvenes, se encargan de acompañar a las chicas, un seguimiento que va más allá de lo que marca el proyecto. «Una vez que salen del piso hay algunas con las que hablo semanalmente y otras con las que no porque no lo necesitan. Ellas deciden la relación que tienen con nosotras», explica Débora. La rapidez con las que se cubren las plazas vacías una vez salen las jóvenes pone de manifiesto la importancia y necesidad de este recurso. «Tenemos dos pisos y las plazas nunca han estado vacías más de dos semanas», advierte.
Una de las mayores dificultades para las chicas que dejan los pisos y quieren vivir en Málaga es acceder a un alquiler. Algunas optan por marcharse a otras provincias. «La vivienda ha sido el principal desafío. Nos vemos entre la espada y la pared con chicas que tienen que salir y no encuentran nada».
En este 2025 todas las chicas que acompañamos estudian grados medios o superiores . L. cursa Bachiller de Arte y S. estudia Integración Social y va a comenzar sus prácticas. Mientras, otras dos hacen el grado medio de Enfermería, M. estudia en la Escuela de Hostelería La Fonda y otra un grado medio de Hostelería y Cocina.
Desde el Área de Jóvenes trabajamos porque estas chicas alcancen la autonomía y su integración social y laboral. El acompañamiento es integral, tanto educativo como laboral, jurídico y psicológico. «El objetivo es desde cubrir sus necesidades más básicas hasta apoyar su acceso a los sistemas públicos de bienestar y los servicios sociales, además de que ganen en adquisición de hábitos de vida, habilidades personales y sociales y autocuidado», explicó Débora.
Durante su estancia en el piso, las mujeres reciben información y asesoramiento sobre igualdad y violencia de género, salud y acceso a derechos, así como habilidades para la vida adulta y sobre tareas domésticas, entre otras. También se llevan a cabo talleres puntuales de distintas temáticas, ya sea en la viviendas, en la asociación o en red con otras entidades como Sedra, Asimás, Diaconía, Intered o BancoSol.
La convivencia de las chicas fue «magnífica» en 2024 y en lo que va de este año se llevan todas muy bien y se ven como compañeras de piso. «La semana pasada me pidieron hacer un menú semanal de comidas para no tener que pensar cada día qué cocinar», cuenta Débora mostrando en su móvil una foto en la que se ve una de ellas escribiendo en la pizarra una lista con almuerzos y cenas.
A través de nuestro proyecto Thesan Pisos de mujeres extuteladas para el acompañamiento hacia su vida adulta, que empezó en 2021, tratamos de suplir la necesidad de recursos habitacionales para mujeres jóvenes procedentes del sistema de protección de menores en Málaga, un colectivo invisibilizado y especialmente vulnerable.«No olvidemos que las chicas extuteladas también necesitan cobertura en sus necesidades», reclama.
El proyecto Thesan es un programa de atención integral dirigido a mujeres jóvenes procedentes del sistema de protección de menores que llevamos a cabo con el apoyo de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad y el Ministerio de Igualdad.