La voz de las trabajadoras del hogar y de cuidados de Málaga se escuchó el viernes en Málaga Acoge durante un Té con ideas que abordó la problemática de este colectivo invisibilizado e integrado por mujeres en su mayor parte migrantes. La necesidad de asociarse para hacer más fuerza y reivindicar unidas la mejora de derechos laborales fue una de las conclusiones que se extrajeron durante dos horas de testimonios, debate y reflexiones.
«Limpio, compro, plancho..hago de todo. He tenido a mi cargo cuatro niños en una casa», aseguró Nilva Canquerino, una brasileña que lleva catorce años en España, trabajadora del hogar y cuidados y en la hostelería. En su intervención habló de experiencias duras, de haber sentido «miedo de todo», de no tener «derecho a nada».
«Nunca me han dado de alta en la Seguridad Social y una se sujeta al trabajo porque necesita sobrevivir. Tengo dos hijos y no sé qué va a pasar con mi futuro», lamentó.
Laura Guillén, impulsora de la Plataforma de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Málaga y voluntaria de la asociación, insistió en que es necesario «salir de esta situación» y «transformar la realidad de estas mujeres. Conocedora de su problemática, que padeció en carne propia haciéndose pasar por una de ellas, resaltó la soledad de estas empleadas «que viven de puertas para adentro de las casas en las que trabajan, sin derecho a un convenio colectivo ni nadie que vele por ellas».
Guillén valoró el trabajo de las empleadas del hogar y cuidados, que «sostienen la economía del país» permitiendo que otras personas vayan a trabajar con lo que sin ellas se paralizaría. También consideró la importancia de que se asocien para exigir derechos como la prestación por desempleo.
Por su parte, Manuela Santamaría, graduada social que está haciendo un estudio de esta materia, señaló la gran tasa de economía sumergida que hay entre las trabajadoras del hogar y cuidados, un sector que cada vez tiene más demanda debido a la elevada tasa de envecimiento de la población española.
Según Santamaría, la demanda de alta en seguridad social, la valoración de su trabajo y la protección social son tres de las reivindicaciones importantes del colectivo. Tan sólo un 14 por ciento de las mujeres que entrevistó para su estudio se considera valorada en su trabajo en tanto que el 55 por ciento dijo sentirse poco o muy poco valorada.
Entre los retos que citó en el Té con ideas está también la eliminación del régimen de interna, la profesionalización del sector, la eliminación de la figura del desestimiento por la cual el empleador puede, sin la necesidad de indicar una causa, extinguir la relación laboral.
«El trabajo de las empleadas de hogar y cuidados requiere mucho esfuerzo», destactó Touria Mesbah, una mujer marroquí que trabajaba en tareas administrativas en su país y trabaja en casa de una familia desde hace un año. «Limpiar, cuidar, tener cada día el ánimo de dar vida a la persona que tienes delante. Es una responsabilidad muy fuerte», aseguró.
Durante el debate se abordó el tema de situaciones de abusos que enfrentan las trabajadoras del hogar y cuidados que se encargan de personas mayores y del maltrato psicológico y desgaste emocional que esto conlleva.
También se aludió a la necesidad de elaborar en Málaga, como las hay en otras provincias, tablas salariales de referencia para el colectivo.
En torno al sector de las trabajadoras del hogar y de cuidados corren rumores que desde Stop Rumores hemos abordado para desmentir.
Este Té con ideas se enmarca en el proyecto «Comunidades de Hospitalidad» es un proyecto de Intervención Comunitaria organizado por Málaga Acoge en el Casco Histórico de Málaga y Trinidad-Perchel y CEAIN en la zona Oeste de Jerez de la Frontera, con financiación de la Obra Social «la Caixa» y el Ayuntamiento de Málaga.