Por Agustín Olías.
Luis conoció Málaga Acoge de casualidad, paseando por la calle de Fuengirola donde se encuentra la sede de la asociación. Aquello sucedió hace seis años y no vamos a decir que le cambió la vida, pero casi. Desde entonces está vinculado a Málaga Acoge.
Hablo con él en la sede fuengiroleña de Málaga Acoge. La impresión que me ha transmitido Luis Albeiro durante toda nuestra conversación es la de un hombre tranquilo y educado. Nació hace cincuenta años en la ciudad colombiana de Envigado. Ante mi cara de ignorancia, me aclara: “Envigado es un pueblo del departamento de Antioquia, cerca de la ciudad de Medellín, que seguro le sonará a usted”. Sí, claro que me suena, aunque le digo que la relaciono con cárteles, droga y violencia. Puro esteretipo. “Es cierto, Medellín ha atravesado una época muy violenta, pero ahora está más tranquila. Es una ciudad muy bella y con más seguridad en sus calles, la visitan muchos turistas. Además, la gente allí es muy amable”. Le creo, claro que sí.
Le pido que nos cuente su historia, el por qué de venir a España.
“Yo allí estudié bachillerato, mecánica de autos y también instalación de gas. Pero casi toda mi vida trabajé en la construcción. Quien vino primero a España, a Valencia, fue mi mujer, hace ya quince años. Vino porque los colombianos que estaban trabajando en España, cuando regresaban a Colombia nos contaban que había trabajo, que se podía ahorrar dinero. Y era cierto: muchos volvían y con el dinero ahorrado se compraban una casa”, asegura.
Me intereso por esos nueve años en los que Luis vivió solo en Colombia. “Yo llevaba muy mal la separación, pero queríamos estar seguros de que merecía la pena venir a España. Además, mi mujer vino con nuestra hija, que tenía entonces dos años. Durante esos años solo vi dos veces a mi familia, dos veces que vinieron a Colombia. Como mi mujer estaba aquí bien, con trabajo, en cuanto tuve los papeles en regla me vine a España, por agrupación familiar. Ya a Fuengirola, que es donde trabajaba mi mujer.”
Luis llegó a España en el peor momento; la crisis empezaba a golpear con fuerza. Para él fue imposible encontrar trabajo en lo suyo, la construcción. Tampoco pudo homologar sus títulos profesionales, excepto el de bachiller.
“Cuando conocí Málaga Acoge se me abrieron muchas expectativas. Por medio de la asociación he hecho varios cursos, como el de atención a personas mayores o el de jardinería, que me sirvió para que me contrataran en un proyecto de reforestación de montes. También me sirvió mucho el curso de inglés, pues pienso que saber este idioma te abre muchas puertas; de hecho ahora sigo estudiando inglés en la Escuela Oficial de Idiomas.”
Ve el futuro con cierto optimismo, aunque ahora mismo no tiene ningún trabajo estable. Agradece muchísimo a Málaga Acoge su labor, con la que sigue vinculado, pues está asistiendo a un curso para aprender a usar internet en la búsqueda de trabajo. Me confiesa que le gustaría volver a Colombia. Cree que ahora allí tendría más oportunidades de trabajar, pero para él lo principal es la familia y ni su mujer ni su hija quieren volver.
“Mi hija vino a España con dos añitos; ahora tiene diecisiete y está totalmente integrada en la sociedad española. Eso sí, cuando quiere saca un bonito acento colombiano. Yo también creo que para ellas es mejor vivir aquí; sigue siendo un lugar más seguro que Colombia.”
Antes de despedirnos, Luis me pide que le deje decir unas últimas palabra ¡Cómo no, adelante!
“Pido a las entidades encargadas de ayudar a Málaga Acoge que no desanimen, pues Málaga Acoge tiene muy buenos proyectos, muy buenas iniciativas para las personas inmigrantes, haciendo que la gente que viene de fuera se sienta acompañada y querida. Es una labor fundamental para nosotros”.
¡Muchas gracias Luis por tu tiempo y seguro que encontrarás ese trabajo soñado!
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