En su paso por Málaga, Rafaela Pimentel, activista del colectivo Territorio Doméstico , miembro de Senda de Cuidados, y socia de honor de Málaga Acoge, compartió con nosotras una visión clara y contundente sobre las luchas, avances y retos de las trabajadoras del hogar y los cuidados, en su mayoría mujeres migrantes. Con décadas de trayectoria, Pimentel pone voz a un sector que, pese a ser esencial para la vida, sigue siendo invisibilizado y precarizado.
Uno de los logros más significativos para el colectivo ha sido el reconocimiento del derecho a la prestación por desempleo. Pimentel, secretaria de Organización del Sindicato de Trabajadoras del Hogar y los Cuidados (SINTRAHOCU) , recuerda que durante años, cuando una persona empleadora decidía poner fin a la relación laboral, la trabajadora quedaba completamente desprotegida, sin ingreso alguno. “Conseguir este derecho ha supuesto un antes y un después”, explica. Aunque la medida no se aplicó con efecto retroactivo, hoy abre una vía de seguridad para muchas mujeres
Otro hito reciente ha sido el reconocimiento del derecho a la prevención de riesgos laborales. Gracias a la presión organizada de colectivos de trabajadoras en todo el Estado, se aprobó un Real Decreto que estipula que las empleadas de hogar no pueden ser expuestas a situaciones que pongan en peligro su salud o su vida, desde limpiar cristales en altura hasta trabajar con electrodomésticos en mal estado. No se reconocen los derechos de las trabajadoras del hogar y cuidados. “No podemos seguir poniendo nuestras vidas en riesgo para sostener los cuidados de otros”, reivindica.
El reto de la jubilación
Pero todavía quedan enormes retos. Uno de los más urgentes, advierte Pimentel, es el de la jubilación. Son muchas las mujeres que, tras dedicar décadas al trabajo doméstico, no han podido cotizar lo suficiente —por falta de contrato o porque estuvieron años en situación irregular— y ahora, con edades avanzadas, no tienen derecho a pensión.
“Tenemos compañeras con 70 años que siguen cuidando a personas de 90, cuando deberían ser ellas las cuidadas”, denuncia. La falta de reconocimiento del trabajo realizado durante años deja a muchas mujeres en el limbo, sin pensión en España ni en sus países de origen. Por ello, distintos colectivos están trabajando para que el Estado asuma esta deuda histórica.
Otro reto por el que se está «en pie de lucha» es el reconocimiento de las enfermedades propias de las trabajadoras del hogar y cuidados, que se consideran actualmente como comunes.
Pimentel, activista de origen dominicano y trabajadora del hogar, insiste una y otra vez en que no se trata solo de leyes y derechos laborales, sino de conciencia social. “Si valoras a la persona que limpia tu casa o cuida de tus hijos o tus padres, no puedes tenerla trabajando con electrodomésticos viejos o sin contrato”. El problema, dice, no es el salario mínimo ni las subidas salariales, sino la falta de voluntad de algunas familias para ofrecer condiciones dignas a pesar de disponer de recursos. Tampoco se puede olvidar el impacto de la crisis de la vivienda y las dificultades añadidas para las mujeres migrantes, muchas de ellas atrapadas en relaciones de dependencia por la falta de papeles o el miedo a reclamar sus derechos.
Desde Senda de Cuidados en Madrid, iniciativa nacida de Territorio Doméstico y el Observatorio Yanet Beltrán, Pimentel participa en la creación de un espacio que defiende empleos dignos para las trabajadoras y cuidados de calidad para las familias. Allí acompañan a mujeres en situación de gran vulnerabilidad —desde víctimas de violencia hasta quienes han sido despedidas de manera cruel e inmediata tras la muerte de la persona a la que cuidaban— y fomentan la organización colectiva como herramienta de empoderamiento.
Pimentel aludió a la iniciativa Acuerpar Derechos, que impulsa la asesoría jurídica y el acompañamiento colectivo de las trabajadoras del hogar, donde abogadas y activistas ofrecen orientación, asambleas y defensa frente a situaciones legales y de abuso, creando redes de apoyo entre mujeres que viven situaciones difíciles y afrontan múltiples injusticias. En estos espacios, las propias trabajadoras se reúnen para compartir experiencias, organizarse y encontrar respuestas colectivas a sus retos cotidianos.
Por otro lado, se refirió a Toma la Palabra, uno de los talleres que impulsan y que busca que las mujeres puedan expresarse públicamente, dar ruedas de prensa, participar en debates y convertirse en portavoces de sus propias luchas, fortaleciendo la confianza y el empoderamiento individual y colectivo.
Destaca también a iniciativas que llevan a cabo como La Pasarela, una acción festiva y reivindicativa en la que, utilizando disfraces y presentando diversos modelos de trabajadoras del hogar en la calle, se logra un acercamiento a otras compañeras y se visibiliza la diversidad y la importancia del trabajo doméstico. Esta metodología se plasmó en una publicación que será presentada en noviembre y ya se utiliza en espacios públicos de distintas ciudades como herramienta de unión y sensibilización.
Como recuerda Rafaela Pimentel, es fundamental que las propias trabajadoras cuenten lo que sucede en su sector, se hagan visibles y sensibilicen a la sociedad narrando en primera persona sus vivencias y demandas.
“Somos quienes sostenemos los cuidados”
El mensaje de Rafaela Pimentel es claro: sin el trabajo del hogar y los cuidados, no hay sociedad que funcione. Son, en su mayoría, mujeres migrantes quienes hacen posible que muchas familias puedan organizar sus vidas y que otras personas salgan a trabajar. Sin embargo, muchas de ellas lo hacen en situación de enorme precariedad.
Por eso, insiste, es momento de seguir organizándose, exigiendo regularización, derechos, pensiones, salarios dignos y respeto. No se trata de un favor ni de un “extra” en la economía: es trabajo esencial, vital e imprescindible.
Pimentel hace un llamado a las trabajadoras de hogar y cuidados a que se afilien al sindicato SINTRAHOCU en Málaga «porque es la manera en la que podemos luchar para que se reconozcan nuestros derechos laborales y sociales».
En Málaga Acoge respaldamos la lucha por los derechos de las trabajadoras del hogar y cuidados, organizando jornadas y dando voz a sus reivindicaciones, por una igualdad real y una vida digna. Puedes ver más información aquí: https://malaga.acoge.org/?s=jornadas+empleadas+del+hogar