Actualizado hace 5 años – Publicado el 8 de junio de 2018
«Evaluar siempre conlleva crecer», reflexiona Mar Tello Ferrer, voluntaria de Málaga Acoge en la sede de Torre del Mar, que nos cuenta la reunión de balance del semestre que ha mantenido con otras dos voluntarias de los programas de intervención integral con mujeres en el ámbito familiar y de intervención comunitaria Kay Pacha y su coordinadora Noemí Góngora.
por Mar Tello
Llega el verano y el segundo trimestre de 2018 está finalizando. Los próximos meses suelen traer el lógico parón de la actividad voluntaria en los proyectos que se desarrollan en las diferentes sedes de Málaga Acoge y antes es el momento oportuno para echar la vista atrás, recapitular y evaluar cómo han se han desarrollado las actividades planificadas este año.
Las voluntarias Mónica, Mariam y Mar nos reunimos con este objetivo con la coordinadora de los proyectos de intervención integral con mujeres e intervención comunitaria Kay Pacha, Noemí Góngora, en la sede de Torre del Mar. En ambos programas la línea de actuación principal es el empoderamiento de la mujer en la sociedad a través de diferentes acciones formativas, que complementan los itinerarios de atención individualizada.
La evaluación se planteó como un ejercicio dinámico de reflexión individual y grupal, porque el voluntariado debe confluir en un cauce y es imprescindible analizar ambas vertientes. Con este fin comenzamos plasmando en una cartulina un título, un dibujo, un lema que definiera nuestra idea de voluntariado. La variedad estuvo servida y cada una lo enfocó de forma diferente, tal y como muestran los títulos: «Waiting in the sideshore» (esperando en la orilla), «Somos lo que hacemos», «Regreso al pasado. La historia se repite».
A partir de ahí la reflexión pasó por analizar las fortalezas, debilidades y dificultades del voluntariado a nivel individual y grupal en un ámbito de trabajo tan sensible como el trabajo con mujeres en circunstancias vitales difíciles. Asimismo valoramos con una nota nuestro grado de compromiso y satisfacción personal en los proyectos teniendo en cuenta su desarrollo, implicación y aportación.
Durante la puesta en común surgieron temas importantes, que definen, al fin y al cabo, lo que supone la tarea de voluntariado. La actitud empática, de escucha, de responsabilidad social y creatividad, respeto y entusiasmo fueron algunos de los términos que dibujan algunos de nuestros puntos fuertes. Mientras, algunos de los males de nuestra sociedad también se adivinaban como puntos débiles personales o del grupo: la falta de tiempo para implicarse más, los sentimientos de impotencia, los miedos, tener demasiadas expectativas en los resultados visibles, la falta de cohesión parcial del grupo… Tratar todos estos temas de manera abierta y sincera es de vital importancia para entender qué se puede mejorar y hasta dónde se quiere llegar en el voluntariado. Por otro lado, la fotografía que se revela de todo ello seguro que nos impulsa a seguir y nos cohesiona como equipo.
Pero también cabe decir que la tapa que nos tomamos juntas para finalizar este semestre de trabajo contribuyó con alegría a los retos que nos marcamos como grupo.
El programa Intervención Social con Mujeres en el Ámbito familiar, que se desarrolla en las sedes de la Axarquía y Fuengirola desde 2014, está subvencionado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social (Secretaría General de Inmigración y Emigración) y cofinanciado por el Fondo de Asilo, Migración e Integración de la Unión Europea y cuenta con el apoyo de la Fundación MAPFRE.
El proyecto Kay Pacha es una iniciativa de Málaga Acoge, en el marco de la federación Andalucía Acoge,subvencionada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social (Secretaría General de Inmigración y Emigración) y cofinanciado por el Fondo de Asilo, Migración e Integración de la Unión Europea.