Por Agustín Olías
En este día soleado y de anormal alta temperatura de febrero, he venido a la sede de Málaga Acoge en Fuengirola para conocer a una de nuestras nuevas voluntarias. María José García, madrileña, licenciada en Ciencias de la Información, lleva con nosotros desde principios de diciembre del año pasado. En una entrevista considera primordial empatizar con la personas y anima a la ciudadanía a formar parte del voluntariado «porque podemos dar mucho».
¿Cómo ha llegado a Fuengirola una madrileña? ¿Cuánto tiempo llevas por aquí?
Llevo ya doce años en Málaga, desde los 23. La culpa la tuvo un malagueño que conocí ¡en Valdepeñas!, qué sorpresas te da la vida. Yo trabajaba en edición digital, en temas relacionados con la publicidad, en Madrid. Pero no estaba muy satisfecha, pensaba que llevaba una vida muy rápida, ¡con 23 años! En un momento dado mi pareja y yo decidimos cambiar de aires, abandonar el estrés de Madrid y venirnos a Torre del Mar, porque allí teníamos la casa de veraneo de mis padres.
¿Y el cambio a Fuengirola?
Estuve trabajando bastante tiempo en inmobiliarias y al final decidí montar una por mi cuenta, y Fuengirola se presentó como el sitio más adecuado. Es una pequeña inmobiliaria y es con lo que me gano
la vida actualmente.
Imagino que el trabajo en tu inmobiliaria te exigirá mucha dedicación ¿Cómo consigues sacar tiempo para dedicarte al voluntariado en Málaga Acoge?
La inmobiliaria es pequeña y me va bien. Creeme si te digo que el sector es “una merienda de negros” y que hemos pasado de todo, crisis, buenos momentos y menos buenos. Pero yo intento mantenerme dentro de una línea de honestidad y buena conciencia. Pero lo que realmente me ha permitido dedicar unas horas
de mi tiempo al voluntariado ha sido que mi hija, que ahora tiene 14 años, ya no necesita tanta dedicación por mi parte. Antes no tenía tiempo, mi matrimonio no funcionó y he sido prácticamente una
madre soltera.
¿Cómo decidiste que fuese Málaga Acoge el lugar donde ibas a hacer el voluntariado?
Primero te diré que soy una persona muy sensible ante los problemas del prójimo y llevaba mucho tiempo pidiendome a mí misma que ayudase más a las personas más desfavorecidas. Estuve dudando entre dos opciones: la fundación Aladina, que trabaja con niños enfermos de cáncer, y Málaga Acoge. Como la
fundación Aladina no tiene sede en Málaga y yo quería involucrarme directamente, no sólo con aportaciones económicas. La decisión fue Málaga Acoge.
Cuéntanos qué tipo de voluntariado estás haciendo en Málaga Acoge.
Desde el principio me he dedicado al refuerzo educativo con las niñas y niños. Me atraía mucho también el tema de apoyo en el proyecto del piso de acogida para mujeres, porque las mujeres que aparecen por Málaga Acoge necesitan mucha ayuda para salir adelante con sus hijos, sin pareja, sin recursos, sin
relaciones familiares ni sociales…. (se emociona mucho hablando del tema, casi se le saltan las lágrimas). Hay tantas cosas por hacer que no sabes por dónde empezar. Son muy vulnerables. Pero cuando me entrevisté con María (entrevista de entrada en el voluntariado) decidimos que el tema de las mujeres era muy delicado y que mejor empezar con el apoyo a las niñas y niños.
¿Cuánto tiempo dedicas al refuerzo educativo?
Por tema de horario solo puedo venir una tarde a la semana. La verdad es que las niñas y niños necesitan más personas voluntarias que les echen una mano para su integración en la escuela. Sin exagerar te diría que necesitaríamos casi una persona voluntaria por niño, porque algunos están prácticamente a cero.
Ahora también estoy colaborando en el piso de acogida para familias monomarentales, donde puedo gestionarme mejor el horario. Aquí intento ir una vez a la semana, aunque a veces voy dos y otras ninguna. Quiero que una de las mujeres del piso que tiene dos hijos, a la que vemos con más problemas de integrarse en nuestra sociedad, salga una tarde conmigo a dar una vuelta por el barrio, hacer alguna compra, tomarnos un café, cosas así que la hagan ganar confianza en el entorno en el que se mueve. Y querría otra tarde sacar a su niño pequeño, de siete años, que viene a refuerzo, también a que juegue con otros críos, que socialice un poco más.
¿Dónde te sientes más cómoda o dónde piensas que eres más útil?
Antes de contestar a tu pregunta: los dos trabajos son muy necesarios. Necesitamos muchas más personas
voluntarias que nos echen un cable.
En cuanto a tu pregunta: El apoyo psicológico que requieren las mujeres es fundamental. Y ahí creo que yo sirvo de mucho; saber escuchar, tener mucha empatía…., un hombro en el que llorar; no es que queramos que lloren, pero a veces lo hacen y tenemos que estar ahí.
Creo que puedo dar más con las mujeres. Pero con los críos también hay mucho, muchísimo que hacer. Algunos de ellos vienen sin saber hablar español; puedes elegir qué chaval necesita más ayuda y trabajar más específicamente con él. Tienen un proceso de adaptación muy duro, especialmente los que no hablan español, aunque es cierto que los niños pequeños socializan muy bien. A veces vienen con unos deberes que no tienen ni idea de cómo hacerlos.
¿Qué le dirías tú a una persona que está pensando hacerse voluntaria?
Primero de todo: pensemos que cualquiera de nosotras nos podemos ver en una situación similar a la que encontramos en las personas a las que apoyamos. Es preciso empatizar con ellas, porque podría ser al revés.
Segundo: podemos dar mucho, porque nos sobra mucho. No hablo de dinero, pienso en educación, en tiempo, en humanidad.…
Muchas gracias María José por el tiempo que nos has dedicado para hacerte esta entrevista y, sobre todo, gracias y enhorabuena por el trabajo de voluntariado que estás realizando en la sede de Fuengirola de Málaga Acoge.
Si como María José os animáis a formar parte del voluntariado de Málaga Acoge podéis hacerlo AQUÍ