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Hanae llegó a España en 2012 con un visado en regla y por reagrupación familiar, ya que su marido, con más de tres décadas en el país y dedicado a la seguridad, ya residía aquí. Dos años más tarde tuvo a su hijo. A diferencia de otras historias migratorias, su proceso de llegada no estuvo marcado por grandes dificultades administrativas, aunque sí ha enfrentado retos cotidianos, especialmente a la hora de buscar vivienda, donde reconoce que el simple hecho de tener un nombre extranjero suele generar desconfianza y preguntas sobre su origen, incluso cuando ya cuenta con la nacionalidad española desde hace tres años. “A veces, en portales como Idealista o Fotocasa, piden dos nóminas o incluso anticipos de dinero para poder ver una casa”, lamenta.
De formación filóloga hispánica, Hanae estudió la carrera en Marruecos, en colegios del antiguo protectorado español, lo que le ha dejado un marcado acento español. Explica que eligió esa especialidad porque era la única opción universitaria en español disponible para ella antes de obtener el visado. Antes de mudarse, trabajó en una empresa española vinculada a Telefónica y, ya en España, ha continuado formándose con cursos de dinamización de tiempo libre y gestión administrativa.
En la actualidad, Hanae reside en Fuengirola y colabora activamente como voluntaria en Málaga Acoge. Da clases de español a personas adultas y acompaña en sus procesos de vida a mujeres que apoyamos en el Área de Género haciendo traducciones que rompen la barrera idiomática. Comenzó apoyando en el Club de Empleo, como nos contaba hace unos años. Para ella, el voluntariado es especialmente satisfactorio: “Me siento útil enseñando a personas que nunca han escrito ni leído, y ver cómo logran escribir su nombre es muy gratificante”. Reconoce que, aunque algunos alumnos no lo consiguen en el primer año, la constancia suele dar frutos más adelante.
Su implicación en Málaga Acoge ha supuesto para Hanae una puerta abierta y un acompañamiento fundamental en su proceso de integración. Afirma que la asociación le ha dado vida y confianza, ayudándola a superar su timidez y los miedos que arrastra desde la infancia. “Me cuesta hablar en público, pero ahora me pongo delante de la gente para dar clases”, explica, agradecida por el apoyo recibido.
Aunque llegó a España con la esperanza de encontrar trabajo, admite que, hasta el momento, no lo ha conseguido. Sin embargo, valora profundamente el hecho de poder salir de la rutina doméstica, conocer a otras personas y sentirse acogida por unas compañeras a las que describe como “muy buenas”. Su paso por el Club de Empleo de la asociación le ha permitido ampliar su red de contactos y mantener la esperanza de acceder al mercado laboral.
Hanae destaca que, en su experiencia, las personas que encuentra en España suelen tener más paciencia y empatía con quienes llegan de fuera, aunque el camino para asentarse y sentirse plenamente integrada sigue presentando obstáculos diarios. Aun así, asegura que formar parte de Málaga Acoge ha sido clave para su crecimiento personal y su proceso de adaptación, y que seguirá contribuyendo con su tiempo y conocimientos mientras busca nuevas oportunidades para ella y su familia.
Esta entrevista forma parte de una serie especial realizada por Málaga Acoge con motivo de nuestro 35 aniversario. A través de estas historias de vida, queremos visibilizar la fuerza, la determinación y la esperanza de las personas que acompañamos cada día. Sus testimonios reflejan el valor de la diversidad y la importancia de la solidaridad para construir una sociedad más justa e inclusiva. Gracias por acompañarnos en este recorrido y por celebrar con nosotros más de tres décadas de apoyo y nuevos comienzos.





