Ana Jiménez nació en Herrera, en Sevilla. Lleva dos años estudiando en Málaga el módulo de Intérprete de Lengua de Signos. A sus 22 años siempre le han gustado mucho los temas relacionados con la inmigración o la integración de personas y desde abril de este mismo año se unió a Málaga Acoge como voluntaria en el Departamento de Educación. Su primera experiencia como voluntaria.
¿Por qué decidió hacer un voluntariado?
Decidí entrar como voluntaria a esta entidad un poco por azar. Cuando terminé mi segundo año de Intérprete de Lengua de Signos, empecé a estar un poco más relajada con los estudios, con más tiempo para dedicarme a algo más que no fuese estudiar. Y a hacer otra actividad diferente con el objetivo de ayudar dentro de mis posibilidades a otras personas.
¿Y cómo apostó por Málaga Acoge?
Cuando decidí a realizar un voluntariado no conocía las diferentes asociaciones que había en Málaga. Buscando por internet un poco de información encontré la página web de Málaga Acoge (www.malaga.acoge.org) donde se describía cada uno de los departamentos y las actividades que llevaban a cabo esta entidad. El que más me gustó fue el Departamento de Educación con el programa “Caixa Proinfancia” donde se da refuerzo educativo a los niños.
¿Cuál es su labor en la asociación?
Mi labor en la asociación se basa en dar apoyo escolar a los niños y niñas y acompañarlos durante los ratos de ocio y tiempo libre. Trabajo con el grupo de niños de 6 a 7 años, por lo que las diferentes actividades que realizamos son los ejercicios de las diferentes disciplinas: matemáticas, lengua, etc… También he estado en el grupo de 7 a 9 años cumpliendo con el mismo objetivo: explicándoles lo que necesitaran y reforzando todo aquello que fuera necesario. Para todo ello, los compañeros del Departamento de Educación me guían y apoyan para que sea una más. Hay que tener en cuenta que estoy desempeñando uno de los papeles más complejos y bonitos que existen: el de educadora.
¿Y cómo es trabajar con estos niños y niñas?
Es gratificante. No sabría expresarlo con palabras, pero trabajar con estos niños es algo increíble. Su cariño y sus risas hacen que aprecies la simplicidad de las cosas que les hacen felices, su sencillez e inocencia; pero a la vez esa fuerza para enfrentarse a situaciones adversas es lo que hace mi labor como voluntaria una experiencia inolvidable, estos niños te ayudan a crecer como persona.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido en estos meses de voluntaria?
Las diferentes necesidades educativas que tiene cada uno de nuestros niños. Pero sobre todo, me llamó mucho la atención la cantidad de culturas diferentes con las que convivimos en Málaga Acoge.
¿Qué es lo mejor de su voluntariado? ¿Qué le ha gustado más?
Lo mejor del voluntariado ha sido conocer esta entidad, su labor y, sobre todo, disfrutar de la compañía de los niños tanto dentro del proyecto de apoyo escolar como los ratos de ocio y tiempo libre. Las actividades de los viernes fuera del centro también han sido uno de los puntos fuertes de mi voluntariado, realmente ahí te das cuenta de cómo disfrutan ellos y cómo disfrutas tú de la compañía de estos niños: ves la ilusión que tienen para todo, sea ir al parque de bolas o jugar en la playa… Algo que para nosotros es común para ellos es todo un mundo.
¿Cómo animaría a otras personas a realizar un voluntariado?
Las animaría contándole las buenas experiencias que he tenido e invitándoles a ir a la asociación, para que vean y participen de las actividades que hacemos y que conozcan a los niños, a los diferentes profesionales que hay en Málaga Acoge… Algo parecido a una jornada para que vivan realmente una experiencia con estos niños y se enganchen al voluntariado. Vivir el voluntariado es la mejor forma de animar a una persona para que forme parte de él.
¿Qué le parece la labor de entidades como Málaga Acoge?
En mi opinión la labor que realizan es bastante interesante y profundo, ya que existen varios departamentos que cubren las diferentes necesidades que tiene la población inmigrante.