Por Agustín Olías
Entusiasmo, entrega, dedicación, estas son las características que he encontrado esta mañana en Araceli Fernández y José Juan Elizondo, dos voluntarios de Málaga Acoge en nuestra sede de Fuengirola. ¿Por qué estos jóvenes han decidido dedicar unas horas de su tiempo a dar clases de refuerzo a niñas y niños?
Ellos mismos nos lo explican.
Araceli: “Cuando estaba buscando empleo, tras terminar la carrera, leí una oferta de trabajo de Málaga Acoge. Envié la solicitud, me hicieron la entrevista pero no me cogieron. Como vi que la actividad de Málaga Acoge era muy interesante, me presenté como voluntaria, ¡y aquí estoy desde hace ya dos años! Desde el verano pasado estoy en el proyecto de integración social de niñas y niños, con clases y actividades de apoyo. Además, alternamos con la escuela de madres; es decir, un viernes con los chavales y otro viernes con las madres.”
José Juan (JJ): “Lo mío fue de casualidad, si es que las casualidades existen. Desde mi juventud he estado dedicado a actividades solidarias. Fui a Marruecos para realizar un proyecto, pero estando allí, el contrato no salió. Como quedaba cerca, vine a Fuengirola donde necesitaban ayuda en una ONG que conocía. Realmente el primer contacto con Málaga Acoge fue como usuario, pero casi inmediatamente me apunté como voluntario. De eso hace ya dos años aproximadamente.”
Antes de seguir adelante con las opiniones de nuestros protagonistas de hoy, vamos a dedicar unas líneas a presentarlos. Araceli es una simpática malagueña de veintitrés años, residente en Fuengirola desde hace ocho años, sicóloga y actualmente estudiante del ciclo formativo Integración Social. José Juan es mexicano, de Monterrey, arquitecto de treinta años. Como antes nos decía, desde joven ha estado involucrado en actividades sociales, lo que le ha llevado a viajar por el norte, centro y sur de América. Hasta que saltó a Marruecos para incorporarse a un proyecto y ya sabemos qué pasó.
Ambos están actualmente trabajando en el mismo proyecto de Málaga Acoge: clases y actividades de refuerzo para niñas y niños y talleres con las madres dentro del Área de Educación de la entidad. Bueno, de madres y padres, pero como ellos dicen, solo suelen asistir las madres.
JJ nos explica qué trabajo realizan con las niñas y los niños:
“Son chavales entre cuatro y diecisiete años, que vienen tres tardes a la semana. Araceli y yo nos encargamos de ellos los viernes. Como el rango de edades es muy amplio, hacemos dos o tres grupos, según la asistencia, para que haya cierta homogeneidad. Los viernes los dedicamos a interacción social, vamos al parque, a un museo…. Tratamos que haya un trasfondo de valores, que aprendan algo, que haya un tema de autoestima o de inteligencia emocional, queremos que de una forma divertida y jugando aprendan cosas interesantes. A veces montamos una pequeña ginkana en el parque, se unen otros niños y terminamos teniendo un divertido “follón”.
Araceli se muestra encantada y feliz con el trabajo que está realizando: “Es genial, es un trabajo precioso, aunque es duro a veces. Los niños tienen muchas cosas que enseñarte. Cuando hay Escuela de Madres vienen más críos que cuando no hay. También hay otros días que aparecen con algún amiguito o un hermano. Es muy variable.”
JJ: “Este trabajo sirve de mucho, es mi primera prioridad en estos momentos. En dos años ves la evolución de los niños, cómo han cambiado y de ser críos nerviosotes, trabajosos, ahora son un “amor” y eso te reconforta. Me encanta cuando voy por la calle y me encuentro con alguno de ellos, que incluso ya ha dejado de venir a Málaga Acoge, me saluda, me abraza y me dice “¿Te acuerdas del consejo que me diste…..?” Y te cuenta que lo puso en práctica y que le fue bien. Se me pone la “piel de gallina” al recordarlo. No es que cambien solo ellos, sino que cambia su entorno, su ambiente, su familia.
¿Y con las madres? ¿Cómo es el trabajo con ellas?
Araceli: “Con el grupo de madres tenemos el objetivo de ofrecerles una formación que les sirva para su actividad habitual en la casa: qué normas y cómo implantarlas, cómo comportarse, cómo dirigirse a los niños, los castigos, los refuerzos, los premios. Y sí que sirve lo que aprenden, a veces te comentan: “Ayer hice en casa lo que vimos en clase y resultó”. Vengan de donde vengan, los problemas son, básicamente, los mismos: que el niño no estudia, que no come lo que tiene que comer…”
Les pido un mensaje para posibles futuros voluntarios de Málaga Acoge, que todavía se lo están pensando.
Araceli: “Venga, de cabeza, que sí. Es una experiencia impresionante que te vas a llevar como persona, te ayuda a crecer, te amuebla la cabeza. Ves cosas aquí tan bonitas que sales crecido. Y con niños es más especial, porque les ayudas a crecer. Con los adultos son temas distintos, pero también muy enriquecedor, cuando ves que simplemente con escucharles, con que se desahoguen, les sirve. Es reconfortante.”
JJ, un “trotamundos” de los proyectos sociales que, además de en Málaga Acoge, trabaja como voluntario en Ayuda Next (banco de alimentos, orfanato y otros servicios) nos ofrece su mensaje:
“Invierte tu tiempo, tus actos de servicio son importantes siempre. Con solo quince valiosos minutos puedes cambiar la vida de una persona. Apelo a la buena voluntad de la gente para que se involucre y ayude a cambiar este mundo ¡Comprométete!, disfruta de una experiencia muy humana y bonita.”
Agradezco a estos entusiastas jóvenes su voluntariado en Málaga Acoge y el tiempo que nos han dedicado para que demos a conocer su trabajo en la organización.
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