Málaga Acoge participó a comienzos del mes de febrero junto a las distintas asociaciones federadas en Andalucía Acoge y Red Acoge en el trámite de consulta pública abierto por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para la elaboración del proyecto normativo por el que se modifica el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000 en materia de menores sin referentes familiares y jóvenes extutelados.
Hablamos con nuestra compañera Eva del Pino, técnica del Área de Jóvenes de nuestra asociación que ha venido participando en las reuniones para preparar las propuestas de modificación al Reglamento que se presentaron. Todas ellas son fruto de la experiencia en el acompañamiento de menores y jóvenes en movimiento y también de las aportaciones de organizaciones expertas en el trabajo con los chavales como Save the Children, Fundación Raíces o Asociación Noves Vies.
Del Pino considera el Reglamento actual no ofrece una respuesta rápida y efectiva a las necesidades básicas y reales de estos niños, niñas y jóvenes que están solos y son vulnerables.
¿Cuál es la principal propuesta que se presenta en esta consulta pública?
Nosotros abogamos porque los chavales obtengan el permiso de residencia y trabajo desde que ingresan en la entidad de protección para evitar que lleguen a la mayoría de edad sin haber obtenido ninguna autorización. Si el chaval está bajo la tutela del Estado este tiene la responsabilidad del joven y no pueden dejarlo a la mayoría de edad sin un respaldo. Se quedan en la calle a los 18 años, en su mayor parte sin autorización de residencia y, en todo caso, sin autorización para trabajar. El de estos chicos son casos excepcionales, perfiles muy vulnerables que merecen especial protección, como pueden ser también las víctimas de violencia de género o de trata.
¿Cuáles son las trabas que se encuentran estos chavales en el camino para integrarse en la sociedad y ser autónomos?
Cuando un chico entra en un centro de menores, la Administración tiene que valorar su desamparo, después su tutela y luego debe documentarlo. Lo que pasa es que en la práctica los tiempos son largos, administrativamente se tarda mucho y hay muchos bloqueos que no hacen que el procedimiento sea efectivo. Tampoco se documenta a tiempo, muchas veces no se consigue el pasaporte y eso conlleva que el joven sale muchas veces del centro de protección con un permiso que no le ayuda a poder desarrollarse de forma autónoma.
Por eso entre otras propuestas también se plantea que el joven salga del centro con un permiso de residencia que le permita trabajar…
Sí, proponemos que la concesión de la autorización de residencia habilite para trabajar cuando tengan 16 años, sin necesidad de que haya más trámites de Extranjería. También planteamos que cambien los requisitos de renovación de la autorización de residencia y trabajo porque hasta ahora tienen que demostrar una serie de cotizaciones a la seguridad social que hoy por hoy, primero por las dificultades que tienen ellos, y segundo por cómo está el mercado laboral, son imposibles. Nos está pasando que muchos chicos no pueden renovar su permiso porque no tienen suficiente cotizado y se encuentran con 20 años indocumentados teniendo que esperar tres para optar a la autorización de residencia por arraigo. Hemos querido poner en valor estos jóvenes son eso, jóvenes, con sus limitaciones de falta de madurez, formación, experiencia laboral y redes familiares que lo sostengan. Y si les pones de frente unos requisitos para renovar inalcanzables en la mayoría de los casos, entonces les estamos abocando a una situación de exclusión social.
¿Qué se propone entonces tener en cuenta para estas renovaciones de los permisos?
La idea es que a la hora de renovar el permiso de residencia se tenga en cuenta que estos chicos tienen un itinerario de inserción sociolaboral, que se están formando, que se están sumergiendo en la vida comunitaria, participando en las actividades de instituciones. Mira los chicos que apoyamos en Málaga Acoge: si están encaminados en un itinerario y en un plan diseñado que está dando sus frutos no tienes que estar demostrando cotizaciones a la seguridad social para renovar el permiso. Proponemos que se eliminen los requisitos de cotización y medios económicos. Ponemos en valor que estos chavales tienen un perfil muy concreto: son jóvenes en pleno desarrollo, con un itinerario formativo y laboral y es eso es lo que se tiene que tener en cuenta para la renovación de los permisos.
Además de modificaciones al Reglamento se han propuesto también cuestiones nuevas que no aparecen y consideráis necesarias…
Proponemos que cuando un chaval tenga que demostrar medios de vida para renovar su permiso, esto lo pueda hacer también su familia extensa en España. Hasta el momento esta acreditación se la puede hacer o bien una institución o bien él mismo porque tenga un trabajo o reciba una prestación económica. Planteamos que pueda ser también la que sea la familia extensa quien pueda aportar los medios económicos.
¿Qué mas aspectos abordásteis en el documento conjunto de propuestas? ¿Qué más se puede mejorar en la protección a estos jóvenes y apoyar su emancipación?
Pues también se ha hecho mucho hincapié en la mala coordinación administrativa que existe. Por ejemplo, es muy difícil lograr la tutela de chavales de Melilla. Debe facilitarse porque es un derecho que tengan una documentación que les permite acceder a recursos sociales como puede ser la renta mínima de inserción. Abogamos por una mayor coordinación institucional desde Melilla.
¿Y respecto al procedimiento de determinación de la edad?
Se ha incidido en que las pruebas invasivas no sean la primera opción. Que no se les someta a pruebas cuando la personas tenga una documentación que acredite su minoría de edad.
Hay muchos chavales que te tienen problemas para ser documentados a través de sus países de origen…
En el caso de no poder ser documentados en sus países de origen proponemos que lo sean con una cédula de inscripción, un documento provisional que le dan a las personas que no pueden demostrar su identidad con el pasaporte. Muchos chavales, según el país que vengan o porque el país tiene problemas administrativos, como Marruecos, no emiten con rapidez el pasaporte y entonces el niño se puede quedar tres, cuatro, seis meses indocumentado y no le pueden identificar y no pueden declarar la situación de desamparo. Proponemos que el caso de que los consulados no faciliten el pasaporte le tramiten de oficio una cédula de inscripción para identificarle y gracias a ella sigue el procedimiento. Pedimos que se acorten los tiempos. Si tu tienes bajo tu tutela a un menor que es tu responsabilidad si por circunstancias ajenas al niño no puede obtener su pasaporte porque el consulado no responde las administraciones son las responsables de documentarlo. No puedes tener el limbo al menor porque hay chicos de 16 años que pueden empezar un itinerario formativo y trabajar.