Actualizado hace 3 años – Publicado el 27 de marzo de 2017
Por Agustín Olías
Ilusión, esperanza, anhelo…. Sentimientos que flotan en el ambiente de la cafetería de la peña La Trinitaria de Málaga, lugar donde los alumnos y alumnos del Curso de Ayudante de Camarero de Málaga Acoge realizan las cien horas de la parte técnica del curso. Allí hemos ido a visitarles.
Lo que más admiro del trabajo de Málaga Acoge es su empeño en potenciar la integración de los jóvenes inmigrantes en nuestra sociedad, ya sea mediante cursos de formación profesional, pisos de acogida, búsqueda activa de empleo o ayuda en todo el “papeleo” burocrático que su situación suele necesitar.
Dentro de las iniciativas para lograr esta integración está el curso de Camarero, que gestiona nuestra organización, dentro del programa Incorpora Joven de la Obra Social «la Caixa», que consta de 300 horas, cien de las cuales pertenecen a la parte técnica, que es la que están realizando los alumnos y alumnas en estos momentos y que precede a la parte de prácticas en empresas.
Atravesamos la zona de cafetería y subimos al primer piso, donde nos recibe Harald, profesor de esta parte técnica, y los doce alumnos y alumnas que hoy asisten al curso. Harald es un español de origen danés, sus rasgos lo confirman, que se ha dedicado toda su vida a la cocina, desde su formación culinaria en Alemania y España, pasando por varios negocios de restauración y, ahora, viviendo una etapa como formador.
Harald nos explica que esta parte del curso es eminentemente práctica, pero que tiene también una parte teórica, fundamental para que los alumnos conozcan conceptos, recomendaciones y trucos que les ayuden a ejercer su trabajo de la mejor manera posible.
El grupo de alumnos es variado, chicas y chicos, donde predominan los marroquíes y españoles, aunque alguna otra nacionalidad está presente, como Olesia, que es ucraniana. Hoy, en nuestro honor, van a hacer una especie de resumen de lo que han practicado estos días, que incluye aspectos tales como preparar los servicios de las mesas, servir bandejas, hacer café (es entendible que algún alumno no conozca, todavía, los nombres de las diferentes formas de preparar un café en Málaga), “tirar” una caña de cerveza, hacer cócteles…., incluso hicieron una cata.
Harald comenta lo importante que es dominar el uso de la bandeja, pues en su trabajo como camareros va a ser una de las tareas más habituales; también da mucho valor a la atención al cliente, característica ésta muy apreciada por los patronos.
Algunos ya tienen experiencia como camareros, como Yassin, a quien se le ve muy suelto a la hora de llevar una bandeja llena de copas. Es al único a quien, hasta ahora, le han permitido llevar copas de cristal en la bandeja; los otros alumnos han hecho estas prácticas con vasos de plástico. Esperemos que las hayan aprovechado porque, en breve, estarán trabajando con vasos “de verdad”.
Gozman está muy animado preparando los cafés. Vino con dos años a España y ahora tiene la doble nacionalidad. Su madre es usuaria de Málaga Acoge y así fue como tuvo noticias de este curso. Aunque es joven, dieciocho años, tiene muchas ganas de encontrar trabajo, para poder así ayudar económicamente a su madre, que es quien mantiene a la familia.
¡El ambiente se anima! Harald ha encargado a Marina y María Luisa que preparen un cóctel, el famoso Manhattan. Ellas ponen todo de su parte, aunque al final el profesor le da el toque definitivo. Me atrevo a probarlo, solo un sorbito, pues no estoy acostumbrado a beber “Manhattans” a estas horas de la mañana (bueno, ni a ninguna otra).
En la otra esquina de la barra Rubén está sirviendo cañas de cerveza. Creo que nuestra presencia, con Inés
haciéndole fotos, le está impresionando y no le están saliendo con la espuma adecuada, o quizás son los vasos de plástico; seguro que mejorará al finalizar estas clases.
Ilusión por aprender un oficio, esperanza de encontrar un trabajo, anhelo de seguir adelante a pesar de las dificultades, esto es lo que nos hemos encontrado en estos jóvenes del curso de camarero organizado por Málaga Acoge. Ahora llega la hora de la verdad: las prácticas en empresas, ya sea en un hotel de Torremolinos o en un restaurante famoso del Muelle 1 de Málaga. Si aprovechan la ocasión, se les pueden abrir las puertas del mercado laboral, con la temporada turística a punto de empezar.
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