Actualizado hace 10 años – Publicado el 3 de junio de 2013
Ernesto Oehler llegó a Málaga hace ocho años con su mujer y desde entonces está encantado de su experiencia vital en Málaga, siempre con la fotografía como pasión y profesión, como pueden ver en www.bodacreativa.es y www.thisisus.es. Inauguramos con él las entrevistas de la campaña Todas las piezas son importantes de este año 2013, tras la veintena de entrevistas que realizamos en el año 2012.
¿A qué se dedica?
Soy fotógrafo, me dedico sobre todo en estos momentos a la fotografía de bodas. Me gusta mucho lo que es también la fotografía artística y, a parte de las bodas, que es lo que nos da de comer, estamos con un par de proyectos de fotografía artística y una mezcla de fotografía y vídeo.
¿Cómo fue su llegada a España?
Llegué a España hace ochos años con mi mujer. Primero estuvimos seis meses en Andorra. Allí conocimos a unos malagueños y nos recomendaron venir aquí, porque se vivía muy bien, había buena gente, un gran clima… Así que les hicimos caso y… Aquí estamos. Llegamos justo después de Semana Santa, así que Málaga estaba muy movida y conocimos la parte turística y nos enamoró apenas llegamos.
Fue buena esa primera impresión, entonces…
Sí. Además, nosotros veníamos desde Argentina, de una ciudad muy montañosa, Mendoza, que no tiene mar. Y, para nosotros, cuando vivíamos allí, siempre era esperar todo el año para ir en verano a la playa. Y ya que queríamos buscar un nuevo lugar para empezar y para nuestro futuro, pues apostamos por una ciudad con mar. Y ya ves, cuando llegamos, hacía fresquito, pero buscamos la playa y nos bañábamos como dos locos en el agua.
¿Y qué tal desde entonces?
La verdad es que hemos tenido mucha suerte. Vivir fuera de casa hace también que te involucres mucho en crecer, aunque sean metas pequeñas. Llegamos casi sin un duro y año a año hemos ido creciendo a base de mucho sacrificio, trabajo y esfuerzo y ahí seguimos. Siempre en nuestras humildes metas, sin crearnos metras muy absurdas, sino ir poco a poco creciendo todos los años.
¿Es fácil integrarse en la sociedad malagueña?
Venir de Argentina, nos ha ayudado mucho, por el idioma, la cultura… Hemos podido hacer muy buenos amigos en Málaga. España y Andalucía es de la zona de toda Europa más parecida a de donde nosotros venimos: la gente es muy abierta y siempre nos hemos sentido como en casa. Nos han acogido súper bien. Eso sí, creo también que debe ser muy diferente llegar ahora que llegar hace ocho años. Entonces había mucho trabajo, muchas posibilidades. Y estaba todo muy diferente a lo que es ahora. Y en aquel entonces nos fue muy bien, pero creo que venir ahora debe ser mucho más difícil.
¿Ha sufrido actitudes racistas por ser extranjero?
Nosotros personalmente no hemos sufrido nada de eso, pero también dependerá de dónde es cada persona extranjera que venga. Por suerte no hemos sufrido ni desprecio ni ningún comentario por ser de fuera. Ni mi esposa ni yo.
¿Qué aporta que vengan personas de muchos países a Málaga?
Es increíble que una persona pueda crecer rodeado de diferentes culturas: no te encasquillas en una forma de pensar, sino que vas viendo opciones y vas educando tu mente. Algo que, además, te sirve a nivel personal. Y una de las cosas que más nos gusta de Málaga es la gran diversidad de personas que hay.
¿Qué le diría a quien no piense que la diversidad es buena?
En realidad es que las cosas no tienen que ser blanco o negro. Hay que cambiar la mentalidad cerrada, pensar en qué me beneficia a mí que haya gente de otros países, que haya personas inmigrantes. Y darle una vuelta y mirarlo de una manera más positiva, porque se pueden sacar muchas cosas buenas. Además, si te fijas, las ciudades más importantes del mundo, su población autóctona es relativamente pequeña, hay muchísima gente de fuera. Y es un poco lo que hace ir creciendo a las ciudades así y hay que intentar buscar el lado positivo.