Se llama Antonio Linares y llegó a Málaga Acoge como voluntario del programa de Prisiones. Más tarde pasó por el de Voluntariado, donde se encarga de hacer las entrevistas a los voluntarios que quieren participar en la asociación. Antonio ha sido toda su vida profesor en colegios, institutos y la universidad, incluso mientras terminaba su carrera, Filosofía. Otra voluntaria, María, del equipo de Comunicación, se entrevista con él para que explique cómo funciona el departamento de Voluntariado y cuál ha sido su experiencia en la asociación.
¿Cómo es la entrevista que se hace a los voluntarios?
Primero se explican un poco las cosas básicas: Que la asociación es aconfesional y apartidista, que tengan un sentido de la realidad y que no se entusiasmen y ofrezcan más de lo que luego vayan a poder hacer. Luego se les explican los departamentos que tenemos y cómo funcionan y se les pide que elijan y que rellenen su ficha. Luego ya, las preguntas que quieran hacer… En resumidas cuentas, hay que advertirles que, ojo: Esto es apartidista y aconfesional, que aquí sí, somos unos entusiastas en cuanto a integrar a los inmigrantes y ayudarles y cada uno es muy dueño de hacerlo en nombre de sus propias creencias pero que se las guarde para él, que las religiosas y partidistas que no aparezcan luego, las creencias en materia de igualdad de todos los seres humanos, pues por supuesto, ese es el sentido de nuestra existencia como organización.
¿Cómo es su evaluación de los posibles voluntarios?
Yo en eso no entro para nada. Yo lo que hago es informarles, no les hago un test. A pedirles que rellenen la ficha y a cursarla. Y ahora, la evaluación propiamente dicha es en el departamento donde empiece a trabajar, allí es donde tienen que evaluar su aportación.
¿Qué características cree que debe tener un buen voluntario?
Debe tener una camiseta azul de tirantes, gafas y una coleta… (dice mientras describe lo que llevo puesto) Características… Bueno, tiene que ser un ser humano y punto. Un ser humano con sentido de la solidaridad humana y se acabó, no hace falta nada más. Cabe cualquier cosa, cabe gente de un carácter o de otro, con unas manías u otras. Con tal de que sienta solidaridad ya está, no vamos a pedir más. No hay más raza que la raza humana y eso es algo que nuestros voluntarios deben de sentir, pero eso lo doy por supuesto de alguien que viene a Málaga Acoge. Lo formulará como lo formule, lo tendrá verbalmente más claro o menos, pero que en el fondo el que viene a Málaga Acoge a ofrecerse como voluntario es porque siente de alguna manera eso, que no hay más raza que la raza humana y que hay que ayudar a toda persona que tenga la necesidad.
¿Cuándo se empezó a interesar por el tema de la inmigración?
Yo lo he tenido siempre, he ayudado siempre que he podido. En los años que estuve en París tenía muy buena relación con un montón de españoles inmigrantes. Yo estaba allí con una beca de investigación de sociología y luego de profesor en la facultad, pero yo trataba con obreros españoles de Citroën y desde el instituto español de París se les enseñaba y estudiaban allí los niños… Me acuerdo que alquilé un pisito y había días que no se podía andar por mi piso porque había gente durmiendo en saco de dormir por todos lados. La inmigración la he vivido como un privilegiado, la he vivido muy de cerca desde que terminé la carrera.
¿Cómo es y ha sido su experiencia como voluntario de Málaga Acoge?
Básicamente trabajé en la prisión. Empecé desde que me jubilé hace unos diez años. Llegué aquí a hacer la entrevista y me encontré con que el señor que va a hacerme la entrevista era antiguo alumno. Eso me pasa en todas partes. Hice mi entrevista y manifesté mi preferencia por la prisión aunque yo no tenía mucha idea de lo que era. Estuve una serie de años, monté las clases de español allí y fue una experiencia impresionante. Al principio lo más impresionante y lo que a mí más me costaba encajar en la prisión era qué poco podías hacer por ellos y el agradecimiento desmesurado que recibías por eso. Fue una experiencia a la vez dura y por otro lado muy aleccionadora.
¿Cómo animaría a la gente a ser voluntario?
He vivido 6 años en París, del 64 al 70, y he visto llegar a los inmigrantes españoles con la maletilla de cartón y sin una perra buscando trabajo, bueno… a los españoles, a los argelinos, a los portugueses…Yo cuando he ido a institutos por parte de Málaga Acoge a explicar sobre la inmigración les decía a los chavales “muchos de vosotros tenéis a vuestros padres, a alguien de la familia o a un conocido que ha pasado por ahí porque necesitaban trabajar y lo normal es que los trataran como a un trabajador que se está ganando su vida. Bueno pues eso es lo que tiene que ocurrir en todas partes y nosotros (Málaga Acoge) estamos para eso, para que a todo el mundo que viene, no a hacer turismo sino que viene a currar, se le trate bien”. Y con esa vía entraba yo en el tema. Les explico que todos somos seres humanos, que no hay más que eso. Pero para ser voluntario hay que ‘tener voluntad de’ y tiene que salir de ellos. Nunca he sido partidario de empujar a nadie para que se meta en una cosa. Yo manifiesto mi punto de vista y mi entusiasmo y si luego la gente comparte eso conmigo pues muy bien.
Cuando estuve de profesor en el instituto de Huelin tenía alumnos de las más variadas etnias. Me acuerdo en dos ocasiones… Tenía un alumno que era gitano, español pero gitano y se metían con él. Un día que pillé a uno metiéndose con él le dije “Oye, qué pasa ¿tienes algo en contra de los gitanos? Mi abuela era gitana ¿te pasa algo?” Al cabo de unos años, en el instituto decían que yo tenía 8 abuelas: Una gitana, una senegalesa, una marroquí… He tenido abuelas de todas las proveniencias cuando me convenía.
¿Cómo cree que puede servir ser voluntariado a las personas inmigrantes?
Simplemente el mero hecho de hacerles sentirse personas acogidas igualitariamente eso ya representa mucho. Por supuesto si además le puedes encontrar trabajo y resolverle algún otro tipo de problema, pues mejor. Cuantos más problemas pueda resolvérsele a una persona pues mejor. Pero, la base de todo eso es ese primer reconocimiento como persona.
Y ya por último, algo que quieras decir antes de terminar…
Antonio se queda unos instantes callado… Que vengan muchos que hace falta la ayuda.