Actualizado hace 2 años – Publicado el 8 de julio de 2021
por Agustín Olías*
¿Cómo nos relacionamos con nuestras hijas e hijos cuando se trata de temas sexuales? ¿Evitamos hacerlo? ¿Emitimos frases dogmáticas sin derecho a réplica? ¿Respetamos su libertad de decisión?
Estas preguntas y muchas otras se analizaron y trataron en el taller “Educación sexual para familias” que realizó Málaga Acoge el pasado 2 de julio en Málaga. Para llevarlo a cabo contamos con una experta: Paloma Hernández, psicóloga, sexóloga y técnica en intervención social, coordinadora a nivel de Andalucía de la Federación de Planificación Familiar Estatal.
El taller estaba dirigido a madres y padres que apoyamos en nuestra asociación con inquietudes sobre este asunto. Las asistentes, todas mujeres, eran de distintas nacionalidades: norteafricanas, sudamericanas y europeas de países del este. Alguna, incluso, acudió con su pequeña hija, que se entretuvo correteando entre las asistentes.
El taller fue muy interesante y sus dos horas de duración pasaron rápidamente. Paloma, con una gran capacidad de comunicación, conocedora del tema y de amplia experiencia en impartición de talleres de planificación familiar, planteó una serie de preguntas de inicio, que nos hicieron caer en la cuenta de lo poco explícitas y adecuadas que son las palabras que usamos, por ejemplo, al referirnos a los órganos sexuales femeninos y masculinos.
Situaciones reales
A partir de ahí, profundizó en las relaciones con nuestras hijas e hijos a la hora de hablar sobre la sexualidad. Planteó situaciones reales, por ejemplo: explicar el proceso del parto a un niño o niña; para qué sirven los órganos sexuales y sus diferencias; qué harías si, sin llamar a la puerta de su cuarto, entras y tu hijo o hija se está masturbando…., y otras situaciones que como madre o padre te puedes encontrar en la vida.
Las asistentes, una vez pasados los primeros momentos de timidez, estuvieron muy participativas, opinando sobre los temas que planteaba Paloma y contestando a sus preguntas. En esos momentos, yo, desde mi posición de “espectador”, me preguntaba cómo se enfrentaban a estas cuestiones personas de diferentes estilos de vida, religión y cultura.
Desde mi punto de vista, fue una pena que ningún hombre participase en el taller. Habría sido interesante conocer su opinión.
Paloma también ofreció una serie de consejos para facilitar la comunicación con nuestras hijas e hijos, en general y, específicamente, en temas sexuales.
Tras la finalización del taller, tuve la ocasión de charlar con Paloma y plantearle ciertas dudas que me habían surgido. A continuación, algunas de sus reflexiones:
Este es un taller que titulamos “sesión para familias” porque son las familias las que educan, las que están ahí, de una forma igualitaria, tanto en la información como en la conducta, pero normalmente son las madres las que asisten. Si no asisten los padres, el problema es que no llegamos a ellos, por lo que todo el peso de la educación sexual de los hijos e hijas recae en la madre, y no debería ser así; debería ser un tema de los dos.
Los jóvenes tienen dos vías de aprender sexualidad: por un amigo / una amiga, o a través de Internet.
Hablando de sexualidad
Estamos hablando de sexualidad, de algo necesario para nuestras niñas y niños, que no se tiene que trabajar como mujer o como hombre, sino como familia. Familia que está apoyando al menor.
La ausencia de educación sexual es una mala educación sexual.
Hay mucho desconocimiento. Si no has tenido educación sexual, tu forma de actuar en este campo suele ser por tu experiencia o por lo que has visto en otras personas. Por ejemplo, en talleres de mujeres me he encontrado un gran desconocimiento de su propio cuerpo. Si no me educan, no me enseñan, hay cosas que no puedo adivinar.
La educación sexual se tiene que trabajar en todos los aspectos: en familias, a nivel de adultos y de jóvenes, porque no es que no tengamos educación sexual, es que tenemos una mala educación sexual.
Muchas gracias a todas las asistentes, a Paloma (nuestra monitora) y al equipo de Málaga Acoge (técnicas y voluntarias) que se encargaron de todos los detalles para que el taller se realizara adecuadamente.