Ayudar a que los turnos de limpieza se cumplan. Echar una mano para enseñar a cocinar. Acompañarles para la realización de trámites complicados… El trabajo del departamento de Vivienda de Málaga Acoge es tan variado como el perfil de las personas que pasan por los dos pisos de Acogida que la entidad tiene en Málaga capital desde hace varios años.
Rabia Banou es la responsable del departamento, es ella quien recibe a las personas que van a ocupar las 10 plazas existentes entre ambos pisos. Todos llegan derivados de la oficina de personas sin hogar, por lo que el primer contacto tiene como objetivo conocer a las personas que van a llegar hasta estas viviendas, saber su situación, marcar los objetivos a cumplir durante su estancia, el principal de ellos, “lograr la plena inserción sociolaboral”, en palabras de Rabia. El perfil de las personas inmigrantes que pasan por estos pisos es “muy variado”, ya que pasan por ellos desde menores extutelados hasta familias enteras, pasando por jóvenes que se están formando o a la espera de unas prácticas laborales. Proceden de muchos países diferentes y tienen realidades, también, totalmente distintas.
Para conseguir la inserción sociolaboral de estas personas, el trabajo del Departamento de Vivienda se centra tanto en el acompañamiento, como en la mediación y el seguimiento de las personas que conviven en el curso. “El objetivo es que sean totalmente autónomos, pero a veces que hay que ir con ellos al centro de salud, a que les atienda un abogado…”, añade Rabia, que explica que la mediación supone, también, gran parte de su día a día. Conseguir que se cumplan los turnos de limpieza y cocina, organizar las compras conjuntas para los pisos, mediar en cualquier conflicto que pueda surgir entre los habitantes de las viviendas… También estar pendiente de que acudan a los cursos que estén realizando, que se impliquen en la búsqueda de trabajo, que muestren una actitud positiva para conseguir una mejora en su situación… Y, también, claro, echarles una mano para que puedan también disfrutar de la propia ciudad en las actividades de ocio y cultura gratuitas que se desarrollen, que participen en las fiestas de Málaga. “Todo lo que puedan hacer con otras personas, conocer gente, participar en la vida de la ciudad… ayuda a su integración”, destaca Rabia, que cuenta con el apoyo de algunos voluntarios que también participan, en la medida de sus posibilidades, en las actividades cotidianas de los pisos.
Además, en caso de que sea necesario, este departamento deriva a estas personas a otras áreas de Málaga Acoge para que reciban toda la atención que necesiten. A veces conocen poco el idioma y se les anima a participar en las clases de español del departamento de Educación, en otras ocasiones necesitan orientación de los compañeros de Laboral, hablar con un abogado de Jurídico…
El plazo de estancia en estos pisos es variado. Depende de la situación de cada una de las personas que pasen por ellos y es flexible ya que su objetivo último es conseguir que cuando dejen el piso lo hagan porque ya disponen de recursos propios y han dado pasos importantes para su integración sociolaboral. Eso sí, cuando las personas abandonan los pisos, también forman parte de un trabajo de seguimiento posterior por parte de Málaga Acoge: Ayudas en trámites que necesiten, conocer cómo les va o participar en actividades del departamento, entre otros aspectos.