Por Agustín Olías.
Para Málaga Acoge no hay vacaciones de verano. Bien es cierto que ciertas actividades, como la de clases de español, se paralizan durante la época estival, pero la inmensa mayoría no. Algo que he podido comprobar en el Área de Empleo de Málaga Acoge en su sede de calle Ollerías, en Málaga capital.
Cuando llego a las oficinas ya hay personas esperando a ser atendidas en el patio de entrada. Genoveva y Pilar, dos de las técnicas de Málaga Acoge, tienen sus agendas llenas de entrevistas para el día de hoy. También están presentes en la sede dos personas voluntarias de Málaga Acoge: Cristina y Rafa. Éste último se encarga de recibir a las personas que se acercan a la sede, escuchando sus dudas y dirigiéndolas al sitio adecuado o dándolas la información pertinente. No para de atender a las personas que llegan y responder llamadas telefónicas. ¡Qué ajetreo!
Lala, joven nigeriana, está muy preocupada con la finalización de su permiso de residencia. Está trabajando, pero no a tiempo completo y es algo que la inquieta. Genoveva sigue su caso, la explica las diferentes opciones que hay y los pasos a dar. Me queda claro que la intervención de la técnica de Málaga Acoge es fundamental para que Lala pueda renovar su permiso de residencia: conoce todas las opciones y recomienda a Lala que se apunte a un curso de Esfuerzo de Integración, que la ayudará a renovar su preciado documento. En un aceptable español, ella me comenta que llegó a España desde su Mali natal hace tres años y que ha estado casi todo este tiempo trabajando con contratos a tiempo parcial. Conoce Málaga Acoge casi desde que llegó a España y siente mucho agradecimiento hacia la organización. La ha ayudado mucho, desde las clases de español hasta la búsqueda de empleo.
En el despacho contiguo, Cristina, voluntaria de Málaga Acoge, está trabajando con Fátima, joven marroquí de dieciocho años, que ha estado tutelada desde los seis. El objetivo es que Fátima apruebe en septiembre las matemáticas y ciencias, y así lograr su título de ESO. Fátima participa también desde hace tiempo en el Club de empleo joven de Málaga Acoge, a través del cual se trata de ayudar a jóvenes ex tutelados a acceder a la orientación laboral. Estos chicos y chicas, cuando cumplen los dieciocho años y salen del centro de acogida, se encuentran en una difícil situación y, muchas veces, en situación de calle. Uno de los aspectos que se trabaja es el de conseguir que acaben sus estudios y obtengan el título, como en el caso de Fátima. A veces sucede que les faltan pocos meses para acabar el curso cuando tienen que abandonar el centro de acogida, así que no pueden conseguir el título ese curso y ya les resulta complicado intentarlo de nuevo.
Una nueva visita llega a la sede de Málaga Acoge: una joven rusa, con visado de estudiante, está pensando en volver a España a trabajar. Quiere conocer las posibilidades de trabajo y detalles sobre cómo y en qué situación volver. Pregunto a Genoveva si se ha notado un descenso de actividad durante el verano en la sede de Ollerías de Málaga Acoge. Me dice que en julio sí, posiblemente debido al mes de Ramadán. Pero ahora, en agosto, la afluencia de solicitantes de información es elevada.
Sentado en el patio, esperando a ser atendido, está Peter. Es un inglés que llegó a España en el año 1998. Está casado con una malagueña y están a punto de tener su primer hijo. Los dos miembros de la pareja tienen una discapacidad, lo que hace más difícil su situación. Peter ha tenido varios trabajos, pero actualmente está en el paro. Conoció Málaga Acoge hace cuatro años y, desde entonces, ha participado en varios proyectos de orientación laboral. Ahora necesita asesoramiento sobre algunos papeles del Servicio Andaluz de Empleo.
Mientras tanto, Pilar está atendiendo a Naouah, mujer marroquí que lleva muchos años en España y que habla casi perfectamente español. Naouah está trabajando de cocinera, pero quiere cambiar de actividad, pues necesita dedicar más tiempo a cuidar de su familia y el horario de este tipo de trabajo se lo impide. Luego llega la siguiente cita de Pilar, Volodomira, ucraniana de sesenta años. Lleva trabajando varios años en España, en el servicio doméstico, pero ahora se ha quedado sin trabajo.
Mientras esto sucede en los despachos, Rafa recibe a Jorge, joven costarricense que lleva dos años en España. Se marchó de su país buscando un futuro mejor, pues piensa que Costa Rica va a ir a peor social y económicamente, por ciertos signos que él nota. En España ha estado realizando varios tipos de trabajo, sin contrato, de poco tiempo y mal pagados (por ejemplo, ha estado paseando perros). Le gustaría realizar algún curso de formación profesional que le ayude a encontrar un trabajo mejor.
Durante este tiempo que he estado en la sede del Área de Empleo de Málaga Acoge, he podido comprobar que no baja el ritmo de atención a las personas inmigrantes durante el verano, además de ver la variedad de las situaciones que se presentan y la gran ayuda que la organización presta a este colectivo. Y, por supuesto, agradezco muchísimo la atención que han tenido conmigo.