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Actualizado hace 9 años – Publicado el 4 de mayo de 2012
Nos acercamos hoy al Departamento de Vivienda, en el que hay una demanda cada vez mayor y que se encarga de facilitar el alquiler de viviendas en condiciones dignas a personas y familias inmigrantes en situación de exclusión social.
El teléfono no para de sonar para Mercedes Lobede, que tiene también varias personas esperando a verla mientras atiende a otra. La crisis hace que cada vez sean más las personas que tienen problemas con sus viviendas o que buscan alquileres y opciones más baratas. Y el Departamento de Vivienda, en el que Mercedes ejerce como mediadora intercultural, se convierte así en uno de los más demandados por todas las personas que se acercan a Málaga Acoge.
El Departamento de Vivienda «tiene como objetivo facilitar el alquiler de viviendas, en condiciones dignas, a las personas inmigrantes y sus familias que se encuentren en situación de exclusión social», explica Mercedes. Algo que se materializa a través de dos proyectos: Vivienda y Conviviend@. Ambos se estructuran a partir de una serie de ejes de actuación como son la prevención de la exclusión residencial de las personas inmigrantes, la intermediación en el mercado de la vivienda, la sensibilización social y prevención de discriminación en el mercado de vivienda y, por último, el acompañamiento social.
Para ello, se desarrollan actividades en dos sentidos: «por un lado hacia las personas inmigrantes, como principales destinatarios de los programas y, por otro lado, hacia la sociedad en su conjunto, haciendo especial hincapié en propietarios de viviendas y en los agentes intermediarios», cuenta la técnica del Departamento de Vivienda, que realiza todas las labores para ello: Desde la valoración y detección de necesidades de cada familia hasta el acompañamiento en el proceso de obtención y mantenimiento de viviendas, sin olvidar la constante gestión de una bolsa de viviendas. «Igualmente, realizamos actividades de mediación vecinal con el objeto de prevenir y resolver y resolver conflictos y trato de mantener una relación de coordinación con los distritos de servicios sociales y con varias entidades sociales», añade Mercedes.
La responsable del Departamento de Vivienda asegura que para las personas inmigrantes por lo general es «difícil» acceder a las ayudas públicas relacionadas con la vivienda. Así, mientras unas subvenciones están paralizadas, otras están especializadas sólo en jóvenes que estén trabajando, «por lo que el círculo de posibles solicitantes se cierra a gran escala». Igualmente, aunque el Instituto Municipal de la Vivienda tiene un registro de demandantes donde las personas que tienen pocos recursos solicitan una vivienda en función de su situación familiar, la resolución «puede tardar años», primero por el alto número de solicitantes y segundo porque la asignación es por sorteo.
Por eso, desde el Departamento de Vivienda se trabaja en la realización de intervenciones conjuntas con los servicios sociales comunitarios «para coordinar con recursos de alojamiento para familias en situación de exclusión social, familiar monoparentales y para mujeres en situación de mayor vulnerabilidad». Algo que se puede conseguir tanto con la mediación e interpretación lingüística para obtener un dialogo comprensivo y llegar a acuerdos como a través del acompañamiento individual o familiar «para promover el acceso de las personas inmigrantes a los recursos y servicios públicos», concluye Mercedes.