Conocemos hoy a Carmen Clemente y Alicia Fauli, dos voluntarias del Departamento de Vivienda de Málaga Acoge que han puesto en marcha una original iniciativa: Las «Tardes de té y café».«Son mujeres que empatizan con nuestro colectivo. Sienten como suyos los problemas. Y hacen mucho por mejorar las situaciones de las familias usuarias». Las palabras son de Mercedes Lobede, máxima responsable del Departamento de Vivienda de Málaga Acoge, refiriéndose a la labor que día a día realizan Carmen Clemente y Alicia Fauli, dos de sus voluntarias. «Valoro muchísimo su trabajo», añade Mercedes.
Carmen y Alicia llevan poco tiempo como voluntarias en Málaga Acoge (apenas llegaron hace seis meses). Sin embargo, en este corto periodo de tiempo han conseguido ganarse a muchas de las personas inmigrantes con las que trabajan casi diariamente. Ambas se encargan de realizar visitas a domicilio «para ver el estado de las viviendas de las familias, preguntarles las necesidades más urgente y pasar la información al departamento», explica Carmen. «El balance del poco tiempo que llevamos es positivo, estamos intentando ampliar la oferta de servicios a las personas que visitamos, que en su mayoría son mujeres», añade Alicia.
Una labor que ha permitido mejorar la situación de muchas personas, pero que también les está enseñando que su labor no siempre es fácil: Hay muchos aspectos en los que apenas se puede ayudar a estas familias, como en el aspecto laboral. «Intentamos ser sinceras al transmitirles que no podemos solucionar todos sus problemas», dice Carmen. «Pero ellas siempre agradecen que vayamos a verlas, escucharlas, intentar buscar soluciones…», añade Alicia, que dice que para ellas estas visitas también son enriquecedoras: «vemos como cada vez tienen más confianza en nosotras, aprendemos formas de afrontar la vida, nuevas culturas…».
Precisamente, con la intención de fomentar esa relación con las mujeres a las que visitan y para que ellas se conozcan y puedan compartir, Alicia y Carmen han puesto en marcha las denominadas ‘Tardes de té y café’. Un lugar en el que todas las usuarias «pueden relacionarse con otras mujeres en su misma situación para afrontar los problemas del día a día», asegura Carmen. «Seguro que ahí, juntas, podemos avanzar en encontrarnos mejor para afrontar problemas y preocupaciones. Para ratos agradables ayuda a ello», comenta Alicia.
Aunque lleven poco tiempo en Málaga Acoge, ambas tienen amplia experiencia en el sector social malagueño. Por eso, animan a cualquier persona a dar el paso y convertirse en voluntario de esta u otra entidad. «Opino que ser voluntario te hace ver la injusta y desequilibrada realidad social que tenemos en estos tiempos tan duros e intentar aportar un granito de arena para mejorar la situación; así que animaría a la gente a ser voluntario para ser muchos haciendo pequeñas cosas buscando una sociedad más solidaria, equilibrada y cooperativa», cuenta Carmen. «El voluntariado, además, te permite enriquecerte, crecer como persona…», subraya Alicia.
Un gran trabajo el de estas voluntarias que, además, tiene también otro valor añadido: «Alicia y Carmen son muy reivindicativas, y en el fondo de cada una de sus acciones está la denuncia y reclamación de derechos para todas las personas», concluye Mercedes. Algo importantísimo para que la sociedad no deje de mejorar.