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Conocemos hoy a Ángela Gómez, voluntaria del Área de Educación en la sede de Málaga Acoge en Fuengirola, que decidió echar una mano en la entidad tras quedarse sin trabajo.
Ángela Gómez lleva en España desde 2008. Desde entonces dice que ha “vivido para trabajar”. Las cosas se torcieron en enero de este año cuando fue despedida. Pero al mal tiempo, buena cara: “Al quedarme desempleada quise aportar algo de mi tiempo en colaborar, de alguna manera, con quien lo necesita”, explica Ángela. Una amiga, voluntaria de Málaga Acoge, le contó su experiencia de voluntariado. Y a Ángela le gustó la labor de la entidad. Así, decidió intentar echar una mano formando parte del equipo de voluntarios. Dicho y hecho. Desde junio es una de las voluntarias del Área de Educación de Málaga Acoge en Fuengirola.
“Es la primera vez que hago voluntariado en una ONG, pero mi espíritu siempre ha sido solidario y ayudo desinteresadamente donde se me requiere”, asegura Ángela. “No sólo considero importante poder aportar algo de mí a aquellos que lo necesitan: también es la satisfacción que conlleva ver el compromiso, la alegría, los progresos, el valor que tienen y te dan aquellos por los que estamos ahí”, subraya. Su labor se centra en el trabajo con los más pequeños, con quien considera que trabajar es algo “excelente”. “Se comprometen y se divierten. Ser voluntaria ha sido mejor de lo imaginado”, asegura, mientras dice que más experiencia para entender a los más pequeños lo que se necesita es dedicación e interés: “es cuestión de amor por lo que haces, ofrecerles tu cariño y conseguir sacarles siempre una sonrisa”, explica Ángela, que estudió Comunicación social y periodismo en la universidad Luis Amigó de Medellín pero cuando viajó a España nno le fue posible convalidar sus estudios.
De su voluntariado destaca el compromiso de sus compañeros a la hora de participar, por ejemplo, en los talleres que se han desarrollado durante el verano en la sede de Málaga Acoge en Fuengirola. “Lo mejor de un voluntariado es, más que lo que aportas a otros, lo que aprendes de ellos y los enormes sentimientos que esto genera”, afirma, mientras cree que, como le ocurrió a ella, contar su experiencia como voluntaria puede ser la mejor manera de animar a otras personas a sumarse al equipo de voluntarios. ¿Os animáis?