Samira Ekhali empezó a aprender español el año pasado. Madre de seis hijos, en cuanto pudo inscribir al más pequeño en la guardería, se apuntó al curso que imparte nuestro equipo de voluntariado en Málaga. Diez minutos caminando separan su casa de las clases a las que asiste martes y jueves a las once.
«Soy de Nador y llevo seis años en España», cuenta Samira, quien explica que migró junto a su familia para mejorar la vida y «tener un buen futuro». Tiene tres hijos y tres hijas, la mayor de 21 años se está preparando el exámen de Selectividad y quiere estudiar Química. Su hijo, de 19, estudia Bachillerato; el más pequeño tiene 5 y nació en Málaga. «Antes no hablaba nada de español porque tenía que cuidar de mi niño pequeño en casa. Ahora que estoy en Málaga Acoge sí tengo tiempo para aprender. Aunque no entiendo al cien por cien, tengo más práctica, he avanzado».
Samira, con jersey gris y hiyab blanco, reconoce que antes era «muy tímida» y apenas salía de su casa. Hablar español le ha permitido abrirse y poder conocer a más personas.
«Me gustan mucho las clases de la profesora Lola, es muy amable, y estar con las compañeras, que son muy simpáticas», afirma traduciendo a veces algunas palabras del francés, que también habla. Le gusta «mucho» el español, aunque reconoce que le resulta algo difícil la gramática: «Hay muchos verbos, pero poco a poco aprenderé bien». Supo de las clases de la asociación a través de una amiga.
Hablamos sobre sus aficiones y cuenta que en los ratos que puede le gusta escuchar música clásica, ver películas, caminar con su amiga, salir a comprar ropa o artículos de decoración. También cocinar.
Aunque ahora no está trabajando, sí que le gustaría tener un empleo cuando sus hijos sean mayores. Estudió el bachillerato en Marruecos donde viven su padre, madre, hermanas y su tía. «España es muy bonita», afirma, y cuenta que ha visitado otras provincias de Andalucía como Granada o Jaén. «Me gusta viajar y leer sobre la historia de España y del mundo», comenta.
Samira expresa algunos de sus deseos, «que el mundo esté bien y no haya guerras», y para su familia quiere «una vida buena, tener buena salud, que mis niños vayan bien en el colegio».
Al término de la entrevista se invierten los papeles y Samira pasa a ser la entrevistadora:
-«¿Cómo se llama?», «¿Cuántos hijos tiene?», pregunta. Dice que el nombre de Inés es Anass en árabe y es muy común.
«¿Mi español ha estado bien?», pregunta finalmente, sonriendo.
