A Rashira le quedaban horas para estar en la calle. Con una mano delante y otra detrás, sin techo. Llegó a España desde Marruecos hace 30 años. En su DNI perfectamente podría poner “nacionalidad española” porque lleva más tiempo en este país que en Tánger, su ciudad natal. “Yo tenía una tienda de 20 duros en Torremolinos y ahí trabajaba. Toda mi vida trabajando para pagar el alquiler. Tenía mi piso. Estaba bien. Y de un día para otro, la vida te cambia”, se lamenta.
Una llamada y otro giro en su vida: “¡Rashira, se ha aprobado el recurso para ofrecerte una acogida temporal a ti y a tu hijo! No lo olvidaré jamás”, se emociona al recordar. Al otro lado del teléfono estaba Rabía Banou, mediadora intercultural y una de las trabajadoras en intervención social de Málaga Acoge para el programa “Pisos Puentes”. “Trabajamos desde hace año en este programa a través de un convenio del Ayuntamiento de Málaga. Se trata de una vivienda de acogida temporal y el objetivo es proporcionarles estabilidad para que puedan ser autónomos e independientes”, explica la mediadora.
Este piso concretamente, es una vivienda de acogida para familias. El perfil de las familias que forman parte del programa son personas con dificultades principalmente económicas y, por ello, tienen problemas para acceder a una vivienda digna. “Son familias vulnerables. Algunas con hijos, otras monomarentales, en definitiva, en una situación de vulnerabilidad y exclusión social”, explica Rabia. El programa está previsto para una duración de entre nueve meses y un año, pero “depende de cada familia, nadie se queda en la calle”.
Derecho a una vivienda digna
El acceso a una vivienda digna es un derecho fundamental reconocido. Así lo dice la Constitución española y también las Naciones Unidas. Un techo es uno de los pilares para una vida estable y que aporte tranquilidad y así lo conciben las personas que entran a esos pisos. “Lo importante ahora es que tenemos un techo. Llevamos un semana en este piso. No estamos en la calle. Lo que espero es poder darle un futuro a mi hijo y alquilar una vivienda para los dos”, dice Rashira, mientras reconoce que en su estado “es difícil, pero no imposible”, porque presenta una discapacidad del 52%.
Este programa se ha creado precisamente para eso, para que las familias vayan saliendo adelante solas. “Tener un techo es muy importante. Todas las familias quieren poder pagar un alquiler, pero están en una situación de desempleo, no todas las familias pueden acceder a ayudas sociales y se encuentran en una situación como esta y tener un techo por lo menos da una estabilidad a la familia para salir adelante”, apunta Rabia.
Tras esa primera semana de adaptación en el piso, ha llegado una nueva compañera. En total serán 5 personas conviviendo. “Compartimos piso como una familia”, admite. El acompañamiento de Málaga Acoge se basa en un acogimiento literalmente diario. “Nuestro objetivo es que las familias estén bien, tengan un ambiente tranquilo y les apoyamos en todos los ámbitos como la sanidad, educación, formación, laboral y jurídico”. Y lo más importante lo subraya Rabia: “Hay cubrir las necesidades básicas, pero también la emocional”.
El proyecto de acogida temporal para personas inmigrantes en situación de exclusión socio residencial “Pisos Puente” es desarrollado por Málaga Acoge con el apoyo económico del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga.