Merini Amin tiene 19 años y es de Mostanagem, una ciudad al noroeste de Argelia próxima a Orán, lugar de partida de la mayoría de los 500 migrantes que fueron trasladados a la cárcel de Archidona (Málaga) tras ser rescatados del mar en las costas de Murcia. Amin estuvo interno en la prisión del 16 de noviembre al 12 de diciembre, cuando fue devuelto a su país donde se encuentra hoy.
“Siempre que le pregunto por el día a día de su estancia en Archidona llora y no quiere recordarlo”, nos cuenta su compatriota y vecino Abdelkader a través de un correo electrónico desde Argelia: “Amin se siente triste e inútil”.
Merini Amin decidió arriesgar su vida embarcándose en una patera porque vivía una situación social y económica muy complicada: “Sus padres se divorciaron, no tenía casa, dormía de vez en cuando en casas de colegas y la mayor parte de las noches en las instalaciones de la Media Luna Roja Argelina”, cuenta Albelkader. Entre los motivos que empujan a los migrantes a venir a España menciona la corrupción, el paro y la falta de escolarización.
Abdelkader cuenta que Merini Amin colabora en un proyecto de participación social ejecutado por la ONG de Valencia Jarit Asociacio Civi financiado por la AECID. Fue esta asociación la que le puso en contacto con Málaga Acoge cuando supieron de la llegada de la patera para que les asesorara sobre el proceso jurídico y penitenciario de Amin.
Dice que se acuerda de que “en el autobús de camino a Almería, donde le iban a mandar a casa, un agente de policía le pegó por silbar y de que le insultaron con las palabras “hijo de puta, esto es España y no Argelia”.
Solicitó un visado al consulado de España en Orán y se lo denegaron con el argumento de que “no estaba justificado el propósito y las condiciones de su estancia en España”.También procedía de Mostaganem el hombre que fue hallado muerto el 29 de diciembre en su celda de la cárcel de Archidona.
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