Por Agustín Olías
Sigo adelante con mi serie de entrevistas a personas voluntarias en la sede de Málaga Acoge en Fuengirola y me sigo encontrando con gente normal, pero que hace un trabajo excepcional. Esta vez hablé con Lucía Cortés, joven fuengiroleña de 23 años. Estudió Trabajo Social y conoció Málaga Acoge por unas charlas que impartimos en la Universidad de Málaga. Le gustó mucho lo que oyó y quiso ser voluntaria. Pero no dispuso de tiempo hasta que tuvo que hacer unas prácticas; entonces, vio el cielo abierto y eligió Málaga Acoge para hacerlas desde octubre del 2019 hasta enero del 2020. El trabajo que realizó no le defraudó, todo lo contrario, le gustó tanto que continuó como voluntaria.
Lucía nos cuenta cuáles fueron esas primeras prácticas y qué le parecieron. Apoyó a Rosalía, técnica de Málaga Acoge en Fuengirola. «Colaboré con ella en el Proyecto Mujer y en Acogida, que es la primera intervención con las personas usuarias”, precisa. “De estas actividades la que más me ha satisfecho ha sido la del piso de acogida, del proyecto Sadhana. Hacemos visitas domiciliarias, vemos cómo está el piso, si necesitan algo o ha surgido algún problema, realizamos reuniones de motivación, algunas dinámicas y acompañamiento a diferentes trámites y otro tipo de atención que pueda surgir. Al principio no pensé que me fuera a gustar tanto este tipo de trabajo.”
Lucía detalla que en el piso viven ahora dos familias monomarentales, aunque cuando empezó a
trabajar eran tres: una joven marroquí sola, una mujer marroquí con dos hijos de siete y catorce años y
una madre senegalesa con tres hijos, que actualmente están en Senegal. La joven ya ha abandonado el
piso.
¿Cómo es que había una joven en el piso? Lucía explica que «cuando cumplió 18 años la chica tuvo que abandonar el centro de acogida y se encontró en la calle, sin recursos y en peligro inminente y evidente. Ante esta situación extrema y con la suerte de disponer, en ese momento, de una habitación en el piso, Málaga Acoge pudo acogerla temporalmente.”
Me pregunto cómo es la convivencia entre dos familias de diferentes idiomas, religiones y costumbres: “Se llevan bien. Cuando es necesario se ayudan, se acompañan a los sitios; pero también surgen discusiones por temas domésticos, problemas de convivencia, asuntos que se solucionan sin mayor trascendencia. Se medio entienden en español, aunque una de ellas no lo habla bien, suficiente para entenderse”, afirma.
Lucía advierte de que «cada una tiene un bagaje y experiencias diferentes. Por ejemplo, la mujer senegalesa ya
ha encontrado trabajo. Tiene mucha facilidad de relación social y recursos. Sabe muy bien lo que
tiene que hacer, la cabeza la tiene muy bien “amueblada”. Ha encontrado trabajo por sí misma y en
breve saldrá del piso”. Sin embargo, «la mujer marroquí no tiene tantas facilidades. Siempre ha estado a las órdenes de un hombre, primero su padre, luego su pareja, que además la maltrataba. Ahora tiene que empezar a valerse por sí sola, y en eso la ayudamos; por ejemplo, a iniciar una búsqueda de trabajo.”
Asegura que se siente muy cómoda trabajando con estas familias. Es más, ayuda a la niña que está
en 3ª de la ESO, que tiene ciertos problemas de integración, todavía no conoce bien el idioma y es bastante
tímida; además le da clases de inglés. Con el crío, más pequeño, se lleva “súper bien”, pero debe superar
su exceso de ansiedad.
Nuestra joven voluntaria también ha estado en Acogida; la pregunto por su experiencia en esta importante tarea: “Al principio fue un poco duro, pues no estaba acostumbrada a las situaciones que planteaban nuestras personas usuarias. Por ejemplo, uno de los primeros casos que atendí fue el de dos chicas que estaban trabajando en un piso donde el hombre las acosaba sexualmente. No aguantaron más esa situación y vinieron a Málaga Acoge. No sabían dónde ir, estaban en la calle. Al ser uno de los primeros casos que atendí, me impactó enormemente.“
“La verdad es que Málaga Acoge me ha enganchado”. Ahora tengo que hacer las prácticas de Servicios Sociales, que son de seis meses, y me gustaría hacerlas aquí.”
¿Qué le dirías a alguien que se está planteando hacer voluntariado en Málaga Acoge?
“Que lo haga. La experiencia, desde mi punto de vista, es muy enriquecedora. No se va a arrepentir, es muy gratificante y no solo ayudas a personas necesitadas, también te ayudas a ti misma. Y se aprende mucho de la vida en general.”
Muchas gracias Lucía por ser voluntaria de Málaga Acoge y contarnos tus experiencia en nuestra
organización.
El voluntariado de Lucía se inscribe en el proyecto «Sadhana. Piso de acogida para mujeres en situación de exclusión residencial en Mijas (Málaga)» que Málaga Acoge desarrolla, con el apoyo del Ayuntamiento de Mijas en el marco del programa «Sadhana. Gestión integral de la inclusión socio-sanitaria, económica y laboral de personas sin hogar desde la acogida en viviendas con plazas temporales”, un programa de la federación Andalucía Acoge, subvencionado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF.