Por Iranzu Fernández*
Pedro Fernández Ibar es el psicólogo que acompaña, desde su llegada, a todas las personas refugiadas que participan en el proyecto Tarhib de Málaga Acoge. Forma parte del equipo multidisciplinar que les apoya y orienta durante el proceso de acogida e integración. Todas son solicitantes y beneficiarias de Protección Internacional, del Estatuto de Apátrida y de Protección Temporal en España.
Pedro se encarga de realizar una primera evaluación psicológica que determinará si es necesaria una intervención terapéutica posterior. La mayoría de las personas refugiadas ha vivido situaciones traumáticas. Unas huyen de la guerra, o han sido torturadas, otras, perseguidas por su orientación sexual, por su ideología o víctima de maltrato. Estas desgracias se traducen en traumas psicológicos que requieren intervención y de la que Pedro se hace cargo.
El duelo
Además, no hay que olvidar el choque cultural y, a menudo, el desconocimiento de la lengua al que se enfrenta la persona refugiada. Este requiere de un proceso de adaptación que varía en función de cada individuo. El obstáculo más alto al que tiene que hacer frente es el duelo. “Toda persona migrante debe superar un proceso de duelo que, con frecuencia, va asociado a trastornos de estrés postraumático, depresivos, de duelo complicado o adaptativo”, nos dice el psicólogo de Málaga Acoge.
En este sentido, son muy útiles los talleres que realiza con ellos, como el que ilustra la foto, “Qué me pasa”, y que ayudan a a la persona refugiada a avanzar en su proceso de crecimiento personal. Pedro, no obstante, insiste en señalar la gran capacidad de resiliencia que tienen las personas demandantes de asilo. Algo que se mostró claramente durante la etapa de confinamiento que padecimos el año pasado. Las personas refugiadas tuvieron una fortaleza y una capacidad de adaptación mucho mayor que el resto de la población.
Para Pedro, su trabajo en el área de Protección Internacional de Málaga Acoge es una experiencia muy enriquecedora, que le permite unir su compromiso social con su vocación profesional. Subraya la telepsicología como una nueva herramienta que facilita el seguimiento del paciente. Su trabajo no termina con la evaluación final que se realiza al refugiado cuando sale del programa.
Salen adelante
El seguimiento psicológico continúa una vez que la persona ha abandonado el piso de acogida de Málaga Acoge. Normalmente, salen adelante, encuentran trabajo y consiguen un proyecto de vida en España. Pedro nos dice que también hay que poner en valor todo el trabajo de las voluntarias que participan en el programa Mentora. Gracias a todo el equipo del área de Protección Internacional las personas que han tenido que abandonar su país pueden encontrar una nueva oportunidad en el nuestro. No olvidemos que el camino es largo y duro. Y no siempre con final feliz. Solo un 5% de los demandantes consiguen el estatuto de refugiado.
La labor del equipo de Protección Internacional se inscribe en el proyecto Tarhib para la Acogida e Inclusión social de personas solicitantes y beneficiarias de Protección Internacional llevada a cabo por Málaga Acoge, federada en Andalucía Acoge, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria) y cofinanciado por el Fondo Social Europeo en la convocatoria 2020-2021.
*Iranzu Fernández es voluntaria de Málaga Acoge y secretaria de la Junta Directiva de la asociación.