Dos voluntarias imparten en la sede de la Axarquía unas clases de español laboral con numerosas actividades prácticas para que las alumnas se enfrenten a situaciones reales
En la pared, un proyector refleja la imagen del programa Skype. Desde su casa, María Jesús, una de las profesores del curso, responde la llamada de una de sus alumnas. La docente simula pertenecer a un restaurante donde buscan a un empleado. Y su estudiante, en este caso la brasileña Irasciene, tiene que explicar, en español, si el puesto está aún disponible. La conversación se alarga durante un par de minutos porque la profesora interroga duramente a Irasciene, pero ella supera perfectamente la prueba. “Estupendo”, le confirma Ornella, la segunda profesora, que indica que ahora es el turno de Elena, otra de las alumnas. Se trata de una de las prácticas que realizan en cada sesión de las clases de español laboral que se imparten desde mediados de mayo en la sede de Málaga Acoge en Torre del Mar y que busca “dar un enfoque muy activo y práctico a lo que se aprende”, según cuenta Ornella.
Para Ornella, italiana, el estudio del español no puede hacerse desde un punto absolutamente teórico. “Se trata de dar la gramática, pero también de entender las expresiones y la forma de hablar de los españoles en el día a día”, cuenta la docente. Por eso, en cada sesión prepara algún tipo de actividad para que sus alumnas deban esforzarse a entender lo que puede responderles cualquier persona que se encuentren en su camino hacia la búsqueda de un empleo. Porque de eso se trata, de facilitarles herramientas para lograr un puesto de trabajo. “Concertar citas, realizar entrevistas, conversaciones teléfonicas… todo eso es muy diferente en la realidad y el español difiere del reglado de Salamanca, por eso es bueno hacer prácticas”, dice Ornella.
El curso de español laboral (que comenzó a mediados de mayo y finalizará a finales de junio) es iniciativa del Área de Empleo y se encuadra dentro del programa Globalemplea. “Es una forma de apoyarles y que tengan más confianza a la hora de hacer autocandidaturas, contactar empresas, participar en procesos de selección…”, explica Patricia Herrera, responsable del Área de Laboral en la sede axárquica de Málaga Acoge. “Las alumnas son personas que tienen ya un buen nivel de castellano, pero que pueden aún desarrollar más sus habilidades para esa búsqueda de empleo”, añade Herrera. “Las clases son una muestra del lenguaje real que ellas se encuentran en la calle. A veces, no tiene nada que ver la dicción del español que se habla en la calle con la que teóricamente dice el español de Salamanca”, recuerda Ornella.
Por eso, las prácticas continúan con diferentes videoconferencias en las que las alumnas tienen que excusarse por no poder acudir a una entrevista de trabajo por una urgencia familiar, preguntar más detalles del lugar de la cita por no encontrarlo o preguntar información de un anuncio que han encontrado en la prensa local. Todo, situaciones reales a las que, probablemente, se enfrenten en los próximos meses las estudiantes.