Por Agustín Olías.
Conocí a Ángela Valcárcel el primer día del taller Mujeres y poderosas cuando estuve en la sede de Málaga Acoge en Fuengirola haciendo un artículo sobre dicho taller. Ángela era una de las monitoras y me estuvo explicando el taller y, ya de paso, le pregunté acerca de su vida (deformación profesional por mi parte) y me pareció tan interesante que decidí tomar notas y elaborar un artículo con la información.
Ángela es cordobesa, muy joven, de 23 años, trabajadora social. Está terminando Educación Social en la universidad Pablo de Olavide de Sevilla y haciendo prácticas de Educación Social en Málaga Acoge, en la sede de Fuengirola. Lo primero que se me viene a la cabeza es:
¿Qué hace una cordobesa estudiando en Sevilla y haciendo las prácticas en Fuengirola?
“Simplificando, te diré que mi novio y yo tenemos un pisito aquí y, cuando terminé la carrera, pensamos que era un buen lugar para instalarnos, pues nos encanta la costa. Además, encontré que Málaga Acoge tenía una sede en Fuengirola, así que miel sobre hojuelas.”
Cuando termines estas prácticas, ¿qué piensas hacer?
“Tengo que terminar el máster de Cultura de Paz y Derechos Humanos. Luego, me encantaría dedicarme a la investigación académica, especialmente en la cooperación internacional, la cultura de la paz y relaciones internacionales.”
Desde luego es un tema interesante, especialmente en estos tiempos que corren. Y, ¿Por qué Málaga Acoge para hacer las prácticas? ¿Quizás porque estaba en Fuengirola?
“¡Nooo! Como te decía antes, ha sido una gran casualidad y suerte que exista esta sede de Málaga Acoge aquí. Me interesaba y atraía mucho trabajar con personas inmigrantes. Yo pertenezco a una asociación llamada El Mundo y África Trabaja, a través de la cual conocía el trabajo de Andalucía Acoge y, cuando vine a Fuengirola, busqué Málaga Acoge para hacer las prácticas.”
Ángela empezó a colaborar con Málaga Acoge en septiembre de 2015, por lo que ya puedo preguntarla qué opinión tiene del trabajo de la organización.
“Yo destaco de Málaga Acoge su “humanidad”; la organización no está muy burocratizada, como otras ONGs, siempre dentro de los límites que establecen los programas que se acometen y la financiación. Por ejemplo, cuando llegué a Málaga Acoge en Fuengirola había un debate sobre el posible cambio de sede. Por un lado estaba el tema de encontrar una sede más barata, pero por otro estaba el “sentido de acogida” que hay en la actual sede, donde nada más entrar las personas usuarias ven todo abierto, todo el que entra aquí se siente en su casa.”
Es gratificante encontrar a personas jóvenes como Ángela, cuya labor como voluntaria empezó hace ya varios años. Ella nos lo cuenta:
“Mi primera experiencia como voluntaria fue la constitución hace unos cinco años, junto con jóvenes estudiantes en Sevilla, de la asociación El Mundo y África Trabaja. Esta organización tiene como objetivo estimular la cooperación comercial en Camerún. Tenemos un proyecto de desarrollo comunitario agrícola y, además, todos los años realizamos acciones puntuales (construcción de pozos, ayuda a mujeres en algún tema concreto, campamento para niñas y niños, etc.). Yo he tenido la suerte de haber estado dos veranos trabajando allí, en Camerún.”
Está claro lo que piensa Ángela sobre la labor del voluntariado. Pero me sorprende su último comentario:
“Últimamente he escuchado opiniones y polémicas en las ONGs sobre la labor de las personas voluntarias, que yo creo que quitan valor al voluntariado. Incluso algunas y algunos tienen la idea de que las ONGs se aprovechan de las personas voluntarias. Yo, por mi experiencia y por lo que estoy viviendo en Málaga Acoge, pienso que la labor del voluntariado es fundamental. El hecho de que, voluntariamente y sin recibir nada material a cambio, alguien quiera realizar un trabajo de ayuda a los demás, me parece muy digno e importante. Hay que valorar mucho al voluntariado.”
No puedo estar más de acuerdo con esta joven voluntaria ¡Muchas gracias Ángela por tu entrega!
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