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Martes o sábado, a las tres de la tarde o las cinco de la madrugada, cada vez que sabe del rescate de una patera por Salvamento Marítimo un grupo de abogados y abogadas del turno de Oficio especial de atención a pateras del Colegio de Abogados de Málaga acude al puerto a velar por los derechos de estos hombres, mujeres y menores que dejaron atrás sus países en busca de una mejor vida. Nada más llegar, la defensa de las personas migrantes y refugiadas pasa por la voluntad de estos abogados y abogadas que los asisten.
Fátima Gómez-Barroso, secretaria del Colegio de Abogados de Málaga y letrada del turno de Oficio especial de atención a pateras, sabe de primera mano que detrás de todas las personas migrantes y refugiadas que llegan a nuestras costas tras ser rescatadas en el mar hay historias duras y cree «injusto» que el derecho de asilo «se limite a ciertas circunstancias de la vida dejando fuera las razones económicas.
«¿Dónde ponemos el límite?», se pregunta, al tiempo que recuerda que el artículo 1 de la Ley de Asilo establece unas circunstancias determinadas para la concesión del asilo, pero piensa que «no por ello las personas que llegan por razones económicas dejan de tener derecho a una consideración especial»
Empezó a atender a las personas migrantes que llegan al puerto de Málaga hace seis años. «Recuerdo una de las primeras pateras en el año 2011. Les entrevistábamos a todos a la vez en la Comisaría de Policía, donde eran trasladados nada más llegar, cuenta la letrada. «Ya se intuía que había algo especial en esos extranjeros y que las historias que te contaban era distinta pero no se hablaba sobre el asilo en esa terminología».
Ahora la asistencia letrada de la personas que son rescatadas se presta en la misma estación marítima de forma coordinada por un amplio grupo de abogados cada vez que el turno de oficio tiene conocimiento de la llegada de una embarcación y después de que la Cruz Roja compruebe su estado general de salud y pasen una revisión si es preciso en hospitales de Málaga.
Entre las personas rescatadas y trasladadas al puerto de Málaga «hay muchísimos refugiados», recalca Gómez. En la patera que llegó a nuestras costas el 15 de junio viajaban 93 personas, de las que 58 fueron solicitantes de asilo. El número de peticiones de asilo tramitadas va a depender de la labor de estos letrados y letradas del turno de oficio en el momento que llegan los migrantes.
«Intervine en la atención a dos pateras del los días 6 y 15 de junio y el número de peticiones de asilo, todas de personas subsaharianas, fue muy elevado», apunta.
Sujeta en sus manos una libreta de tamaño folio con páginas llenas de nombres, apellidos, países, números de teléfono. La lleva cuando habla con las personas que acaban de ser rescatadas del mar y les pregunta cómo se llaman, de dónde vienen, el porqué de su viaje dejando atrás su casa. «No son necesarias siete horas para saber si una persona es solicitante de asilo. Hay que saber llegar a ellos y basta con tres preguntas bien formuladas», explica la abogada.
Tras los datos apuntados en el cuaderno hay decenas de historias, como la de un hombre que huyó de su país después de que mataran a su padre en una manifestación pacífica, otros que escapan de las coacciones de sus familiares que les prohíben relacionarse con individuos de otra religión.
Cuenta con emoción al caso de una pareja de subsaharianos que se vio separada al embarcar en una patera con casi un centenar de personas y que no se volvió a encontrar hasta horas después de llegar al puerto de Málaga, ya que las mujeres y los niños suelen ser trasladados a hospitales antes de volver a la estación marítima. Los bautizaron como «Romeo y Julieta».
Sobre las mujeres, subraya que «los abogados y abogadas somos conscientes de que han llevado un viaje mucho más especial y duro que el del hombre: «En la inmensa mayoría de los casos salen de sus países porque les han obligado a contraer matrimonios no deseados, por ablaciones y muchas han sufrido violaciones».
«Nuestra prioridad como letrados es intentar velar por los derechos de esas personas y ayudarles en la medida de lo posible», apunta Gómez quien recuerda que «llegan agotados, recelosos y asustados con muchas luces y gente de uniforme tras mucho tiempo en alta mar y mucho más tiempo andando desde sus países. Llevan un largo viaje hasta que se arrojan al mar, muchos sin saber nadar y con historias muy duras a sus espaldas».
«¿Por qué saliste de tu país?», comienza preguntándoles la letrada para después indagar sobre sus datos personales, de dónde vienen y si tienen familia en sus países de origen. Solicitantes o no de asilo, afirma que casi todos tienen familiares o conocidos en países del territorio Schengen, no pretenden quedarse en Málaga y ven España como un lugar de tránsito.
Una vez que termina la asistencia letrada en el puerto, las personas migrantes son trasladadas a la Comisaría de Policía. En opinión de Gómez-Barroso «los calabozos» de esta institución, criticados por la Defensora del Pueblo, «no son adecuados» para personas que no han cometido ningún delito sino que han salido de sus países en busca de mejor vida. «Aunque sea la Comisaría no deja de ser un entorno frío, con barrotes y privado de libertad», critica.
Asimismo, denuncia el ingreso de solicitantes de asilo en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), «que antes era una práctica habitual: solicitantes de asilo o no, todos iban los CIE»
Echa de menos una mayor sensibilización de la ciudadanía sobre estas llegadas de personas migrantes y refugiadas a las costas. No son meras cifras ni avalanchas. Son personas, hombres, mujeres, niños y niñas con historias diferentes y razones distintas les han llevado a dejar atrás sus países.
«Después de atender una patera llegas a casa cansada mentalmente pero reconfortado porque sabes que has hecho algo por esas personas. Tienes que saber llegar a ellas. Vienen con una historia dura detrás. Estén aquí por causas económicas o escapando de una guerra tienes que hacerles llegar que estás para ayudarles».
Esta entrevista se inscribe en el Proyecto Stop Rumores en Málaga, participación ciudadana para promover la convivencia , una iniciativa de Málaga Acoge que cuenta con el apoyo de la Diputación de Málaga. Este proyecto se incardina en la estrategia de lucha contra los rumores promovida por la Agencia Stop Rumores en www.stoprumores.com.
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