Hace menos de un mes que Imad Aulad comenzó a trabajar en I loft Málaga, una empresa colaboradora de nuestra asociación que le ofreció un contrato por el cual ha podido regularizar su situación en España a través del arraigo por formación. Tiene 22 años y, aunque lleva poco tiempo en este nuevo empleo, se siente muy bien. Trabaja desde el mediodía hasta las ocho y confiesa, con serenidad, que ha sido un proceso largo pero que «con paciencia todo llega”. Nos cuenta su historia en su día libre, con calma y una sonrisa tranquila.
Imad nació en Tetuán, en el seno de una familia humilde. Es el menor de cinco hermanos. Fue al colegio hasta los 16 años y, después, realizó unas prácticas de cocina en un restaurante. Al final de esa etapa, decidió quedarse en casa para ayudar a su madre y cuidar del hogar. “Desde pequeño me gustaba la cocina”, recuerda. A los 18 años emprendió el viaje a España buscando un futuro mejor y la posibilidad de ayudar a su familia.
Su llegada al país no fue fácil. Primero estuvo en Madrid, completamente solo, sin conocer a nadie y deambulando por la ciudad. Recuerda esa etapa como una de las más duras, especialmente un mes y medio en el que enfermó de la garganta y apenas podía comunicarse porque no hablaba español. Desde la capital viajó en autobús a Granada, donde estuvo un tiempo durmiendo en la calle hasta que consiguió plaza en un albergue. En enero de 2022 decidió venir a Málaga buscando nuevas oportunidades. «Conocía a un chaval que me dejó un cuarto», cuenta.
En Málaga, Imad pasó un tiempo difícil hasta que conoció Puerta Única, donde pidió asesoramiento. Gracias a esa primera orientación, estuvo un tiempo en el albergue y en 2002 empezó a vivir en uno de los pisos para jóvenes extutelados que mantenemos en Málaga. “Mi vida empezó a mejorar cuando llegué al piso. Estaba fatal, y cuando entré fue una alegría enorme”, cuenta.
Durante dos años compartió vivienda con otros chicos hasta que más tarde fue acogido por José Mari y Paco, dos personas con las que ahora convive y a quienes considera su familia. “Estoy muy contento con ellos. Me cuidan y se preocupan cuando tardo en llegar, me mandan mensajes. Me siento como en casa”, dice con gratitud. Aun así, le gustaría poder vivir solo, pero reconoce que la situación de la vivienda está complicada.
A lo largo de su vida ha trabajado en diferentes sectores. En Marruecos fue cocinero tras la muerte de su padre, y en España ha trabajado en el campo, sobre todo en Granada, donde el trabajo «era duro y mal pagado». Hoy, su nueva etapa en I loft Málaga le ha permitido regularizar su situación y comenzar a construir esa estabilidad que tanto anhelaba.
Asegura que tiene muchos sueños: “Quiero ser autónomo, tener mi propia empresa de limpieza o cocina. Poco a poco voy a mejorar mi vida”, asegura. Hace dos años cursó primero de la enseñanza secundaria para personas adultas (ESPA) en el IES Vicente Espinel, pero ahora prefiere centrarse en trabajar. Aunque le gusta estudiar, reconoce que necesita un sueldo para poder enviar dinero a su familia cada mes.
Le encanta Málaga, va al gimnasio en su tiempo libre y confiesa que tiene pocos amigos, aunque se siente tranquilo. “He venido a España para vivir mejor, tener un buen futuro y poder ayudar a mi familia. Aquí hay derechos”, afirma convencido.
Nunca se ha sentido discriminado directamente, aunque es consciente y lamenta que existan prejuicios hacia los jóvenes migrantes como él. “Hay gente que generaliza, pero hay buenos y malos en todos los lados. Somos todos personas”, reflexiona.
De su país natal echa de menos a su familia y planea visitarlos dentro de tres meses. Recuerda que hace ya cuatro años se marchó sin avisar a su madre, a quien llamó solo cuando llegó a Ceuta, antes de cruzar en patera con 18 años. Aún mantiene el contacto con uno de los chicos con los que hizo el viaje, que ahora vive en Alicante y está bien.
Imad agradece profundamente el apoyo de Málaga Acoge: “Mi vida ha mejorado muchísimo”. Para él, la asociación ayuda a la gente que quiere trabajar y salir adelante. Su historia es también un reflejo del acompañamiento que se realiza desde el Área de Empleo de Málaga Acoge, que facilita la conexión con empresas colaboradoras como I loft Málaga. Nuestra asociación agradece enormemente a los los gerentes de la empresa, Jose y Oreto, que siempre estén dispuestos a colaborar impulsando la inserción laboral de personas en situación de vulnerabilidad y abriendo puertas hacia una vida más digna y autónoma.