Un grupo de mujeres se dieron cita hace unos días en nuestra sede Fuengirola en la acción formativa Estrategias de prevención y afrontamiento ante las violencias machistas, una actividad con la que seguimos creando espacios seguros, confortables, empáticos y acogedores donde visibilizar y dar voz a las realidades y testimonios de mujeres supervivientes de la violencia de género.
«La psicoterapia y el comienzo en un grupo de ayuda mutua entre mujeres me ha hecho sentir más acompañada, más comprometida, no tan sola», afirmaba una de las participantes. Las mujeres compartieron durante una mañana sus sentires y experiencias al abordar una realidad social como son las violencias machistas, que atentan contra los derechos humanos y perjudica gravemente la salud de las mujeres que las sufren.
«¿Qué significa para vosotras ser mujer?», interpeló al grupo nuestra compañera Alba, psicóloga del equipo de Protección Internacional en Torre del Mar. Para una «fuerza» para otra, «lucha», y otras respondieron «el pilar de la sociedad», «perseverancia», «protección», «ser guerrera», «no conformarse con lo que hay». «¿Y qué es sororidad?». Para Ouafa ser mujer «lo es todo. Tenemos derecho a ser felices y nos vamos a dejar pisotear». La formación arrancó con la dinámica La telaraña sorora en la que se tejió una red entre las mujeres con la lana de una madeja, que representó la alianza entre ellas en la lucha por los derechos sociales.
Lucha y fuerza
A través de la otra dinámica, Femi-dixit las mujeres hablaron, a partir de las cartas ilustradas del juego de mesa, de lo que significa para cada una de ellas ser mujer migrante: «Tristeza por tener que alejarme de lo que me hacía fuerte», dijo una, «Lucha y fuerza», comentó otra. Damary comentó, a partir de lo que le sugirió su carta, que para ella ser mujer migrante es la lucha constante para encontrar un porvenir para su familia y que, a pesar de la tormenta, hay que perseverar».
En la sesión, en la que también participó nuestra compañera Irene, psicóloga del área de Protección Internacional, se habló sobre lo que significa la violencia de género y se identificaron los distintos tipos de violencia, la económica, la digital, ambiental y social.
En una segunda parte de la formación y a través de varias dinámicas se abordaron las secuelas de la violencia de género, la sintomatología en las víctimas y las estrategias para afrontarlas.
«Me habitué a la violencia. Llegaba de la peluquería y mi marido me decía que me había gastado mucho dinero en lugar de decirme que estaba guapa», compartió Sara, que dio el pasado de separarse hace meses y romper una relación de violencia.
En la formación hubo un tiempo para celebrar el cumpleaños de Ouafa, que también puso punto y final a una relación y compartió su testimonio. Antes de despedirse valoró el encuentro: «Me he sentido en familia», afirmó.
Esta formación forma parte del Proyecto de Formación Comunitaria para la Prevención de Violencias Machistas que realizamos en Málaga subvencionada por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.