Suele llegar en bicicleta, pero hoy hace viento y viene en coche a la calle Francisco de Goya. Los miércoles y jueves nuestra voluntaria Chyntia da clases de español en la sede de Fuengirola. Profesora de Ciencias de la Educación y licenciada en Psicopedagogía, llegó de Argentina con su familia en 2019 y desde ese año colabora con la asociación.
«Es reconfortante saber que puedes ayudar a personas que tienen más necesidades que una», valora y subraya que el voluntariado le parece una «experiencia muy buena» en la que echa una mano y «de paso» hace lo que le gusta.
Madre de un niño y una niña de 9 y 4 años cambió su Neuquén natal, una ciudad montañosa de la Patagonia cerca de los Andes, por la costera Fuengirola. «Me encanta el mar», apunta Chynthia, quien explica que una de las razones que le llevó a ser voluntaria dando clases de español es saber que aún hay gente que no sabe leer ni escribir para comunicarse». Hace catorce años que trabaja en el ámbito educativo -era maestra en Argentina- y le ha resultado «impactante» encontrarse con personas analfabetas en el siglo XXI. «La mayoría de mis alumnas no saben firmar», espeta.
Agradecimiento
Resalta, sobre todo, el agradecimiento que expresan los alumnos y alumnas por lo que aprenden: «Me parece increíble lo que vale para ellos y a nosotros no nos cuesta nada», dice. Da clase a un grupo de cinco personas, cuatro mujeres y un hombre, de Marruecos, y con un nivel de alfabetización. Una de sus alumnas le contó que provenía de una zona rural, que sus padres nunca le dieron valor a la educación y no la enviaron a la escuela:»Decía que estaba enfadada con su madre porque ella quería leer las noticias, libros, cuentos…Por la noche quiero leer y no sé».
Advirtió, como persona migrante que es, que «dejar tu país atrás por cualquier motivo no es fácil, que uno no abandona su país porque tiene ganas. No es fácil vivir en otro lado, que no te entiendan, que no puedas trabajar, que dejaste a tu familia y tus raíces».
Es la primera vez que Chynthia hace voluntariado y anima, «por supuesto, a otras personas a hacerlo» en la asociación. «Me parece que Málaga Acoge da visibilidad al tema de la inmigración, que trabaja por y para las personas migrantes y las hace sentir bien», concluye.