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Karima Akrout llega cada jueves temprano a nuestra sede de calle Bustamante. Allí, durante toda la mañana atiende como voluntaria en la primera acogida a las personas que tocan las puertas de la asociación. Aunque sólo lleva cinco meses en Málaga habla y entiende bien el español, además de árabe, francés e inglés. De origen bereber, vivía en una ciudad en la frontera con Argelia.
«En Málaga Acoge me siento como en una gran familia. Por ahora estoy viniendo los jueves, pero me gustaría empezar a venir más días», afirma. Morena y risueña, vive en el centro de Málaga con una hermana mayor que trabaja desde hace años como cocinera en un restaurante. Ella fue quien le animó a venir a Málaga cuando estaba viviendo en Bruselas: «Me dijo que aquí había oportunidades para vivir mejor y estar feliz y tenía razón porque aquí me siento mejor».
Sobre su experiencia en el voluntariado recuerda que «hay muchas personas que necesitan ayuda y que poder apoyar en la primera acogida es muy interesante porque llegan hombres y mujeres de distintas nacionalidades, cada una con una historia diferente». Siente que el hecho de apoyar a otros en situaciones vulnerables, escucharles, le enriquece y le hace valorar lo que tiene.

«Me siento importante siendo voluntaria en la asociación porque pienso que les puedo apoyar», asegura Karima, que estudió gestión administrativa y fue gerente durante unos años de un hotel de tres estrellas en Nador.
«Me encantaría trabajar», asegura. Pero no puede hasta que no regularice su situación administrativa en España ni tampoco viajar, como le gustaría, para ver a su madre que quedó en su país junto a uno de sus hermanos.Tiene dos hermanas más en París y un hermano en Bélgica. «Es muy importante para mí encontrar un empleo. Puedo trabajar de comercial, en oficinas, hacer muchas cosas en la hostelería», insiste Karima que se interesó hace dos años por el marketing digital y actualmente trabaja a distancia para una empresa de Bélgica.





