Andrea lleva cinco meses en España y hace uno y medio que colabora como voluntaria en nuestra sede de Fuengirola. «Colaborar, acompañar, generar algún tipo de impacto en el otro me encanta», afirma esta argentina que dejó la provincia de Buenos Aires junto a su familia por la falta de seguridad y en busca de una mejor calidad de vida. Madre de dos niños de 9 y 6 años, «queríamos que los chicos se criaran con mayor libertad y veíamos que en nuestro país eso era cada vez más lejano y complicado».
Llegó a Málaga Acoge en busca de asesoramiento para regularizar su situación y después de hablar con nuestra compañera Rosalía decidió sumarse a nuestro equipo de voluntariado donde apoyar en el área de género y acompaña a mujeres que viven en nuestro piso de acogida de Mijas.
Trabajadora social, fue durante 16 años vicedirectora de un centro de día para personas con discapacidad en Buenos Aires y también orientadora social en una escuela de educación especial. Aún tardará en homologar su título, pero mientras tanto le gustaría emprender un negocio propio aprovechando que tiene conocimientos de coaching holístico: «Me resulta muy gratificante ver el logro del otro y acompañar un proceso».
«Soy trabajadora social. Lo llevo en la sangre», destaca Andrea quien nos habla de la labor de acompañamiento de una joven víctima de violencia de género que vive con su hija pequeña en nuestro piso de acogida de Mijas. «He hecho dos entrevistas con ella. Es una mujer que tiene muchas ganas. Estamos trabajando el vínculo con su hija y buscando una red de apoyo y sostén». Además de acompañar a esta joven, Andrea también tiene previsto participar en talleres de apoyo a mujeres en nuestra sede de Fuengirola.
Aunque lleve poco tiempo, la familia de Andrea se ha integrado bien en Fuengirola. «Mis hijos se han adaptado superápido : el cole, los amigos, el fútbol…no quieren saber nada de volver a Argentina», explica, y cuenta que viven en un «piso bonito que nos queda cerca de todo, de tomar el tren, del bus, del colegio de los niños».
Ser feliz
Andrea dice que está haciendo limpieza de pisos vacacionales, que venía preparada de Buenos Aires para hacer lo que surgiera y está abierta a todas las posibilidades de trabajo. «Queremos regularizar nuestra situación, hacer las cosas bien. Queremos trabajar. Yo quiero ser feliz».
Se considera una mujer aventurera a la que le gusta viajar. Ya en 2008 pasó una temporada en Bilbao donde trabajó e hizo un voluntariado en una escuela de verano.
Reconoce que ser voluntaria en Málaga Acoge le «regozija» porque aporta su «granito de arena» desde lo que le gusta hacer: «Todo lo que tenga que ver con lo social me apasiona, me atraviesa, no lo puedo dejar», concluye.
El apoyo de Andrea se enmarca en el proyecto Faguas «Prevención y atención integral a mujeres en situación de vulnerabilidad social y potenciales víctimas de violencia de género» lo llevamos a cabo con el apoyo del Ministerio de Inclusión Seguridad Social y Migraciones y la cofinanciación de los fondos de la Unión Europea.