Actualizado hace 9 años – Publicado el 30 de marzo de 2012
María Pía Pagola llegó a Málaga hace 8 años desde Argentina. Acaba de licenciarse en Derecho y participa como voluntaria en Málaga Acoge desde principios de 2012. “Me gusta mucho leer y compartir cosas con las personas y creo que por eso me acerqué a Málaga Acoge”, asegura. Su labor se centra en el trabajo con los menores que cada tarde acuden a la asociación a elaborar sus tareas escolares, participar en actividades de refuerzo y, también, tener ratos de ocio.
¿Cuál es su labor en Málaga Acoge?
Hacemos muchísimas cosas. De lunes a jueves realizamos sobre todo actividades escolares que los chicos tienen y cuando no tienen deberes, se preparan actividades educativas de refuerzo. Se trabajan herramientas básicas y útiles para los menores. Por ello, por la elemental labor que realizan día a día los monitores Manuela, Pedro, Jens y Javier, merecen ser reconocidos, puesto que todo lo que yo he trabajado con los menores tiene que ver con la profesionalidad con la que organizan las actividades día a día. Con los más grandes, el trabajo sube de nivel, puesto que es una edad en la que están descubriendo su identidad. Así, realizamos lecturas de forma grupal o trabajamos ciertos valores sociales de vital importancia o bien herramientas personales. Se establece un espacio donde ellos pueden expresarse y trabajamos en base a ello. Se ayuda también a trabajar la autonomía en la ejecución de las tareas escolares, que realizan de lunes a jueves. En este sentido, debo destacar la labor de las monitoras Juliana e Isabel, puesto que lograr coordinar un grupo como el de los adolescentes, esconde detrás mucho esfuerzo y dedicación. Finalmente, los viernes hacemos principalmente actividades lúdicas, salidas programadas con finalidades de integración y conocimiento de la ciudad en la que viven. Es un buen momento para acercarnos más y conocernos mutuamente.
¿Qué te impulsó a echar una mano en una entidad como Málaga Acoge?
Sinceramente, creo que como en muchas cosas en la vida, un poco de curiosidad ante algo posible. En concreto, fue a través de la sugerencia de un conocido, y, aunque, al principio me pareció raro, una vez que pasé un día como voluntaria, lo comprendí mejor.
¿Cómo fue el proceso de entrada a la asociación?
Bueno, fue rapidísimo. Me acerqué un día a la entidad para manifestar que quería ser voluntaria y entonces me dieron una dirección de correo electrónico. Esa misma tarde envié mis datos de contacto contando mi intensión de ser voluntaria. Al día siguiente me llamó Antonio para una entrevista donde me contaron qué es Málaga Acoge. Y más o menos una semana después me llamó Isabel, que necesitaban a alguien como voluntaria en Educación.
¿Qué es lo mejor de ser voluntario?
El crecimiento personal. Es estar ahí, vivirlo, crecer y madurar como persona, porque ofreces aquello que tienes comprendiendo que junto con los factores que ya hay en la institución solo multiplicas y todos nos llevamos más.
¿Cómo es la relación con los otros voluntarios?
Muy buena. El clima es claramente compartir y ayudar, y digo que es el clima porque nadie lo dice y todo funciona así, porque el objetivo es demasiado claro y humano.
¿Cómo animarías a otra gente a realizar un voluntariado?
Les diría que vengan si tienen ganas de ayudar, porque con acercarse a la entidad lo demás llega solo. Existe un gran equipo de profesionales que aplican una dinámica de trabajo admirable y sin darte cuenta tu intención de trabajo se convierte en ayuda a los chicos. ¡Es increíble! Luego, lo aprendes todo, te das cuenta de que el voluntariado es parte de la vida. Es integración. Vivirlo tiene mucho de esencia, y por ello no se parece a nada. Creo que todos debemos vivirlo. Nadie es autosuficiente y por eso vivimos en sociedad. Vengan, simplemente, vengan porque no se van a quedar indiferentes.
¿Qué siente alguien al dedicar su tiempo a ayudar a otras personas?
Puntualmente, lo que sientes es pertenecer a algo, integración. Porque aprendes que no es sólo sentirte útil al ayudar a otros sino ver cómo tu ayuda establece una comunicación con la persona que tienes al frente, aprendemos y nos enriquecemos todos de la interacción humana.
¿Crees que en la sociedad hay conciencia sobre la importancia de ayudar a los demás, realizar voluntariados, dar sin pedir a cambio?
No. O, mejor dicho, no creo que seamos todos conscientes de la dimensión que cobra esa pequeña intención de ayudar al materializarse en la entrega concreta que personalizas para ayudar a alguien. De hecho, supongo que muchos creen que no es tan simple como querer ayudar. Pero lo cierto es, y lo digo por experiencia, que solo se necesita querer ayudar, porque, insisto, existe una estructura diseñada para que esas intenciones se materialicen en ayuda puntual.
El hecho de que seas una persona inmigrante, ¿te hacer ver las cosas de otra manera respecto a entidades como Málaga Acoge?
No, creo que todos compartimos el mismo objetivo. Muchas pertenencias nos hacen ver todas las cosas que nos rodean desde prismas personales e individuales. En ese sentido, comparto con los chicos una característica que nos une en un mismo grupo y que es el objetivo de la institución, pero no cobra tanta virtualidad como para que mi percepción de Málaga Acoge y su función social tome un sentido diferente para mí que para alguien nacional. Soy extranjera, pero se trabajan tantas cuestiones humanas y personales, incluso de género universal, que no creo que ello suponga una diferencia de percepción de lo que realiza la institución para mí que para una persona de aquí.
¿Crees importante la labor de entidades como Málaga Acoge?
En cuanto a la importancia de la labor que realiza, qué puedo decir, creo que se infiere de todo lo que he ido contestando. ¿Es importante? Sí, y lo que he de añadir es que es necesario. De venir a Málaga Acoge veo que todo lo que se da a los chicos es todo lo que necesitan y siempre queda más y más por hacer. Es una entidad que trabaja en una rama que está, como la sociedad misma, sometida a continuos cambios y por ello siempre quedan cosas por hacer, muchos desafíos y retos, y supongo que todos estos años supuso mucho sacrificio para quienes forman la entidad, que hoy merece decirse bien valió la pena superar.