Rosa lleva siete años como voluntaria de Málaga Acoge en la sede de la Axarquía. Es también el tiempo que lleva en España, tras llegar desde México por motivos laborales. Ahora coordina las clases de español en Torre del Mar y está encantada con su experiencia. «No lo cambio por nada», asegura.
¿Cómo empezó su voluntariado en Málaga Acoge?
Yo soy de México. Estoy aquí porque mi marido consiguió trabajo en Torre del Mar y decidimos venirnos. Él trabajaba casi todo el día, y yo no estaba haciendo nada productivo que digamos. Aproveché los primeros meses para conocer un poco y adaptarme, pero pasado ese tiempo decidí que tenía que ponerme a hacer algo. Entre mi marido y yo buscamos alguna asociación (no religiosa) en la que pudiera participar y encontramos Málaga Acoge aquí en la Axarquía, así que decidí pasarme y preguntar que era lo que hacían. Y me gustó lo que me contaron. Me dijeron que se necesitaban voluntarios para clases de español y dije que sí.
¿Es la primera ONG en la que colabora?
Sí que es la primera asociación en la que he colaborado. Cuando estudiaba el bachillerato parte de nuestra formación era ir a los barrios más necesitados de nuestra ciudad y dar catequesis a los niños. Pero aparte de eso no, nada.
¿Qué hace generalmente en la asociación? ¿Cuál es su labor?
Yo doy clases de español a los adultos, dos veces por semana, una hora y media cada día. Ahora le doy clases a los que van más avanzados, pero tenemos dos grupos más, uno de alfabetización y un grupo inicial. Hemos tenido la suerte de contar con una voluntaria nueva que nos apoyará para poder atender mejor las necesidades de nuestros alumnos, así que podremos dividir un grupo aún más. También se puede decir que soy el contacto entre la oficina y las otras voluntarias de español. Nuestras clases las damos en los salones parroquiales de la iglesia de Torre del Mar y por eso se tiene poco contacto con el resto de los trabajadores y voluntarios de la Asociación, así que se puede decir que me encargo de coordinar las clases de español. Y bueno, me gusta colaborar en todo lo que se pueda.
¿Qué es lo mejor y peor de su voluntariado?
Lo mejor, la gente con que colaboro, son geniales todas mis compañeras. Además, he aprendido un montón de todas ellas: Yo las considero como otra familia para mí. También los alumnos. Yo trato de que las clases sean algo más que aprender el ser y estar, que sean un espacio para salir de la rutina, donde poder compartir experiencias y vivencias, un lugar donde podamos charlar de cómo nos sentimos, cómo estamos, etc. Para mí eso es enriquecedor y además el ver cómo entre ello se apoyan y se dan ideas… En fin, que no cambio mis clases por nada. ¿Lo peor? Pues no sé… Algunas veces la falta de voluntarios para atender a todo nuestros alumnos de la mejor manera. La impotencia que se siente cuando no puedes hacer más por alguno de ellos.
¿Con que se queda de todos estos años?
Con todo. No cambio nada de lo que he aprendido con mis alumnos y mis compañer@s. La experiencia ha sido una de las mejores. Es algo que me motiva a seguir preparándome para dar lo mejor de mí a mis alumnos.
Y la relación con los usuarios, ¿Qué tal es?
Yo creo que es bastante buena. Creo que me puedo comunicar muy bien con ellos, puedo entender muchas veces su situación, porque al igual que ellos yo soy inmigrante y he tenido que pasar por un periodo de adaptación y aprendizaje, como ellos lo han vivido o lo están viviendo.
¿Cómo ve la labor de entidades como esta?
Debería haber más asociaciones como Málaga Acoge, más gente comprometida con el otro. ¡Es increíble todo lo que se hace por la gente que tiene menos! A mí me impresiona ese espíritu de ayuda, de solidaridad, de empatía por lo que los otros viven que mis «compis» de la asociación tienen.
¿Conoce a otros voluntarios?
¡Por supuesto! Como he dicho antes, trato de involucrarme en otras actividades de la asociación para no estar tan desconectada con lo que pasa en otras áreas. Y siempre estoy apuntadísima cuando tenemos alguna cena o reunión.
¿Cómo animaría a la gente a hacerse voluntario?
Pues los animaría invitándol@s a que vean lo que hacemos en nuestra asociación. Por ejemplo, a que vean cómo son nuestras clases de español y todo lo que uno puede dar y, sobretodo, recibir de los alumnos.