Por Agustín Olías.
Son las diez de la mañana de un jueves del mes de marzo. La sede de la calle Bustamante de Málaga Acoge en Málaga está relativamente tranquila, aunque las alumnas y alumnos de español empiezan a llegar a sus clases. Lo que “echa humo” a esta hora es la fotocopiadora, donde me encuentro con Germán, rodeado de montañas de papeles.
Germán Torrecillas, voluntario de Málaga Acoge en cuestiones de administración, se define como un hombre trabajador, serio e inquieto, siempre buscando nuevas actividades que le llenen, ya sea estudiando nuevas materias o viajando siempre que puede. Consigo separarle de la fotocopiadora, llevarle a una mesa y le pido que me cuente algo de su vida. “Nací en Granada hace 62 años. Estudié Empresariales en Córdoba, con los Jesuitas, y mi primer trabajo fue en UGT. Luego trabajé en grandes empresas constructoras; la última fue Dragados, donde estuve treinta años. Mi trabajo consistía en la administración de las obras. En diciembre de 2013 llegué a un acuerdo con la empresa y me prejubilaron”, explica.
Germán ha sido un “correcaminos”: “Mi residencia oficial está en Torremolinos desde hace treinta años, pero debido a que mi trabajo requería que estuviese donde se realizase la obra, he vivido en muchas ciudades y pueblos de Andalucía: Almería, Algeciras, Jaén, Granda, Córdoba… Desde que me prejubilaron, vivo tranquilamente en Torremolinos con mi pareja”.
Como hombre inquieto que es, en cuanto le prejubilaron buscó actividades que le satisficiesen. “Cuando no trabajas tienes mucho tiempo libre y es interesante aprovecharlo. Tengo una gran inquietud por ayudar a los más desfavorecidos, por lo que quería ser voluntario de una ONG que se centrase en ayudar a la gente, y cuando supe que Málaga Acoge se dedica a ayudar a las personas inmigrantes, me pareció muy bien y no me lo pensé dos veces a la hora de hacerme voluntario”.
Nos interrumpen; alguien necesita un dato y acude a Germán. El trabajo es lo primero. Me confiesa que se siente muy cómodo con el trabajo que realiza en Málaga Acoge, pues es parecido al que ha hecho en su vida laboral, aunque con menos presión y estrés. Ayuda en la contabilidad y en la administración, realizando diferentes tareas de oficina. Viene dos días a la semana, cuatro horas al día.
“De vez en cuando voy a la otra sede de, la del Área de Empleo en calle Ollerías, para ayudar en temas de ordenador: hacer alguna plantilla, alguna aplicación con Excel y cosas así. También he propuesto que hagamos una búsqueda de empresas que quieran colaborar con Málaga Acoge, admitiendo trabajadores en prácticas o contratados aunque sea temporalmente. Tengo contactos de mi época en la privada que pueden servirnos para proponerles esta colaboración”, cuenta.
Germán lleva ya un año como voluntario en Málaga Acoge. La actividad que más le llama la atención de la asociación es la de formación. Se considera un “negado” para dar clases, pero ve que es una actividad muy importante para los usuarios y usuarias de la asociación. Admira la dedicación, compromiso, paciencia y entrega de las voluntarias y voluntarios que dan clase de español en la sede de Bustamante, con las cuales comparte espacio. Ve cómo las alumnas y alumnos que vienen ponen todo su empeño en aprender español y cómo lo agradecen. También le parece muy, “pero que muy interesante”, el trabajo de Liliana, la abogada de Málaga Acoge en la sede de calle Bustamante. Y, apostilla: “Sin olvidarme del trabajo que hacen nuestros compañeros de Empleo en la sede de Ollerías, buscando trabajo a las personas inmigrantes”.
¿Y el ambiente de trabajo? “Muy buen ambiente. De los voluntarios solo puedo decir cosas buenas. Lo mismo de los trabajadores, que son gente joven, que se nota que están aquí por algo más que un salario. Los que vienen, ya sean voluntarios o contratados, lo hacen porque les “tira” este tipo de trabajo, hay que creérselo para hacerlo bien. Todavía me sigo sorprendiendo de las diferencias enormes entre las cantidades de las facturas que manejamos aquí y las que yo manejaba cuando trabajaba en la privada. ¡Es una pena! Si hubiese más recursos, económicos y humanos, podríamos hacer muchas más cosas para ayudar”.
Dejo a Germán que continúe con su importante labor como voluntario dentro de la “maquinaria administrativa” de Málaga Acoge, no sin antes pedirle un mensaje a un futuro voluntario: “Le diría que realizar un voluntariado en esta organización te aporta muchísima satisfacción personal, es fantástico. Si tienes tiempo libre, es una excelente forma de aprovecharlo. Además, es una labor en la que puedes elegir tu horario (dentro de ciertas limitaciones, claro), que solo tienes una obligación moral y que el ambiente es muy amigable”.
¡Muchas gracias Germán por tu tiempo! Y ánimo para conseguir esas nuevas empresas que puedan colaborar con Málaga Acoge. ¡Buen trabajo!
¿Quieres ser voluntario? ¡Ánímate! ¡Es muy fácil y contigo podremos ayudar a más personas! ¡Únete aquí!
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